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Aunque por los siguientes días Mei estuvo viendo a Renjun con algo de recelo, pareció olvidarlo todo cuando el menor empezó a ir de un lado a otro el día viernes, sacando tiempo de donde no tenía para que el cumpleaños de Jaemin saliera bien. 

No podía ser que su hijo estuviera engañando a su novio, no cuando estaba esforzándose tanto para que el menor fuera feliz.

Se regañó a si misma por haber pensado en esa idea, creyendo que tal vez sólo había sido un mal entendido lo que había visto días atrás, y de que en efecto, Jeno y Renjun sólo estaban jugando o algo por el estilo. 

— No me da tiempo, no me da tiempo. — Vio a su hijo caminar de un lado a otro en su habitación, recogiendo un par de cosas para ponerlas en su bolso — Mierda, no... Bien, no importa, no importa. — Suspiró viendo su teléfono. — O tal vez... 

— ¿Junjun? — Llamó su madre, sin embargo, preció no escuchar. — Renjun, ¿Qué te sucede?

— ¿Eh? — Miró a su madre, mirándola durante un segundo antes de tirar su teléfono a la cama y continuar arreglando su ropa. — La tutoría duró más de lo que pensaba, no preparé el pastel para Nana, no me he bañado y tengo que ir al asilo ahora, no compré el pastel porque pensé que podría preparar uno. — Se quejó con una mueca en su rostro. — Tonto... Jeno también irá, así que no puede prepararlo tampoco, y se supone que lo entregaría a los chicos dentro de un par de horas para que ellos lo llevaran. — Suspiró, cerrando su bolso finalmente. — Y no confío en nadie más para que lo haga, no saben cocinar, todo lo ordenan a domicilio, así que creo que no habrá pastel, porque tampoco me gustan los de los supermercados, tal vez podría pasar por  una pastelería, pero no tengo idea de donde hay una. — Habló rápidamente por su lado con unas prendas en sus manos. 

— Puedo prepararte uno. — Dijo siguiendo al menor. — Bueno, decirle a Yixing, le quedan mejor a él. 

— ¿De verdad? Creí que ibas a empezar a trabajar en la reposición de productos de la cafetería, por eso no te lo pedí. 

— Sí, puedo aplazarlo unas horas. — Sonrió. — Ahora, báñate con tranquilidad, te preparas muy bonito para ver a Jaemin, le sacas muchas fotografías cuando abra su regalo, y nosotros nos encargaremos del pastel. 

— Gracias, mami. — Abrazó a la mayor, respirando aliviadamente. — No importa el tamaño, ¿de acuerdo? Está bien si es de sólo una porción. — Sonrió a la mujer. — Te lo agradezco, en serio. — Guiñó un ojo en su dirección, cerrando la puerta del baño al minuto siguiente. 

No mucho más tarde, estaba poniendo un suave color en sus labios, poniéndolo dentro de su bolso de mano antes de ponerse un poco de perfume y salir de su habitación ya completamente listo para encontrarse con Jaemin. 

Yixing ya estaba en la cocina preparando la mezcla de lo que sería el pastel de Jaemin, tarareando alguna canción mientras se movía con facilidad por la cocina en busca de los ingredientes que necesitaba. 

— Entonces, le pongo crema de fresa, ¿verdad? — Bromeó cuando vio a casi pelinegro acercarse. 

— A desbordar. — Sonrió. — Gracias, papá, no sé qué haría sin ustedes. 

— Bueno, es sólo un pastel, Junjun, Jaemin habría entendido en caso de no haber uno. 

— De todas formas, gracias por hacer este tipo de cosas que ni siquiera tienen que ver conmigo realmente. 

— Jaeminie es parte de la familia, hijo, sabes que haríamos lo que él necesite también. — Sonrió el mayor esta vez. — Pero sabes, no soy ciego, y sé que aunque intenta no hacerlo, tu madre anda con una idea extraña en su cabeza sobre tu relación. 

friends; norenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora