Carta 12: Compañeras de habitación, nuevamente.

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Hola mama. Escribí esta carta. Mientras me encontraba en casa de Eda. La verdad. Es un tanto refrescante. Poder salir del internado. Después de estar tanto tiempo confinada dentro. Aunque sea. Solo para trabajar para Eda. Y siendo honesta. No le veo como un trabajo. Es bastante divertido estar con ella. Sin mencionar. Que no nos ordena a hacer trabajos extenuantes o, complicados. Ayer, por ejemplo. Cuando llegamos a su casa. No tuvimos que descargar nada pesado del camión. Ella se encargó de ello. Mientras que nosotros bajábamos el resto. Descargando todo en su cochera. Al final. No había mucho por bajar. Solo cajas bacias.

La casa de Eda. Era bastante impresionante. Era un edificio antiguo de dos plantas. Hecho de ladrillo blanco. Al parecer. El arquitecto. No considero la simetría. Durante su construcción. Ya que en su fachada. Había ventanas colocadas en diversos sitios, y posiciones. Dándole una estética bastante irregular. En comparación de los edificios a sus costados. De techos verdes, con una chimenea de ladrillos rojos, y un enorme vitral parecido a un ojo; en el segundo piso. El edifico sobresalía rápidamente a, cuadras de distancia ¡Era imposible no reconocerlo! Cuando le preguntamos ¿Porque su casa era de esa manera? Ella respondió. Que el arquitecto que la construyó, hace más de 200 años. Tenía un ojo más grande que el otro. Por lo que tenia problemas con percepciones de profundidad, y ángulos. Por lo que la casa. Termino milagrosamente de esa manera. No obstante. A pesar de su extraña forma. Todo en el interior estaba bien.

Cuando entramos al edificio. Llamo mi atención. Que en la entrada había un arco. Sostenido por dos columnas de madera. Y en la puerta. Se podía ver el rostro grabado de un búho. Cuando preguntamos el porque del búho. Dijo que el arquitecto. También era supersticioso. Y que ese búho. Representaba un espíritu guardián. Que protegía a los moradores de los malos espíritus. Además de brindar paz y felicidad. Aunque realmente. Eso a ella le parecía una sarta de tonterías. Decía, que desde que compro el lugar. Había sentido. Que era un sitio un tanto especial. Como si hubiera estado destinada a encontrarlo. O, mejor dicho. A encontrarse. Ya que el sitio estuvo deshabitado por más de ochenta años. Y si ella no lo hubiera comprando tiempo. Probablemente lo hubiera demolido. Para construir una franquicia de comida rápida o, algo peor.

Al entrar al lugar. Al igual como lo dijo Eda. Tuve un sentimiento un tanto especial. Supongo que Amity, sintió lo mismo. Ya que su mirada. Se perdió en el sitio, con contemplación. Era como si hubiera estado antes en ese el lugar, pero a la vez no. No se como explicarlo mama. Es una sensación un tanto complicada de expresar. Simplemente. No se conque compararlo. Supongo, que puedo usar raro como definición temporal. Si, se sentía raro. Pero yo soy rara. Así que está bien. No es un sentimiento malo. Los raros debemos estar juntos, supongo.

Después de cenar. Eda, nos llevó a nuestra habitación en la segunda planta. La casa contaba con varias habitaciones. Pero como en la mayoría. Estaban ocupadas por ropa y objetos, que revendería en su sitio web. Solo tenía una habitación de invitados disponible. Por lo que Amity, y yo. Tendríamos que compartir habitación como en el internado. Solo que a diferencia de nuestro cuarto en los dormitorios. En esta habitación solo había una cama. Por lo que tendríamos que dormir jutas. Durante nuestras estadías. Hasta que terminara el año escolar. La habitación era bastante sencilla. Además de la cama. Tenía un armario pequeño, un escritorio, un librero, dos sillas, una papelera, y dos ventanas. En el lugar no había baño. Pero la planta alta contaba con un cuatro de baño. Por lo que podríamos usarlo si lo necesitábamos.

Como nada más habíamos llevado nuestro uniforme. Eda, nos prestó unos piyamas. Dejadas, por las anteriores chicas. Que trabajaron para ella el año pasado. A mi me toco una de color azul. Mientras que a Amity, le toco una de color rosa. Por lo que escuche de Eda. Boscha, había sido una de esas chicas. Mientras que la otra. Se llamaba Willow. Sin embargo. No recordaba a una chica con ese nombre en el internado. Supongo que podría investigar un poco cuando regresemos. Tal vez podría descubrir algún vergonzoso secreto de Boscha.

Sin mas que agregar. Eda, se retiró. Dijo que se sentía algo cansado. Por lo que nos vería mañana a primera hora. Para asignarnos algunas tareas. Dejando solas en la habitación.

Sin pensarlo mucho. Comencé a desvestirme para ponerme la ropa de dormir. Sin embargo. Amity, me detuvo. Al parecer. Nuestro laso de amistad. No es lo suficientemente fuerte. Como para que nos cambiemos de ropa, casualmente. La una frente a la otra. Al menos no para ella. Así que mientras me cambiaba. Ella salió de la habitación. A su vez. Cuando ella se cambia de ropa. Yo salí durante un momento. Para regresar posteriormente a dormir. Recostándonos en la cama. La una junto a la otra. Estaba tan cerca de Amity. Que podía oler fácilmente, el aroma de su champo. Y creo que se dio cuenta. Por que se sonrojo de manera inmediata. Cubriéndose la cabeza con las sabanas. Quedándome profundamente dormida, segundos después.

 Quedándome profundamente dormida, segundos después

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