Carta 15: Problemas de arte

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No sé cómo comenzar esta carta mama. Realmente, no ha sido una buena semana. El exceso de tareas, por parte de los profesores; se han vuelto algo tedioso. Sin mencionar, que se acerca el primer periodo de exámenes. Algo que no me tiene del todo fascinada. Puedo predecir, que si estudio; seguramente me ira bien. O al menos tengo la certeza, de que no tendré una mala calificación. He de decir que no será la mejor nota. Pero estoy completamente segura, que no será la alumna con la peor calificación.

Lo único que consideró complicado; es que los exámenes, se encuentran escritos en francés. Y si bien, el francés no es del todo mi fuerte. Lo entiendo lo suficiente, para pedir un café y un bizcocho relleno de mermelada; en una cafetería parisina, sin que los locales se rían de mí acento. No obstante, a la hora de leer texto. Suelo tener algunos problemas, durante mi traducción. Se me complican algunas palabras; términos complicados, y la sintaxis de diversas oraciones. Creo que deberé repasar mi francés, durante estos días. Para no confundir las preguntas, durante los exámenes. De lo contrario, terminare en clase de recuperación. Y no quiero eso. Ya que si eso pasa. No podré seguir trabajando, los fines de semana; en casa de Eda.

En el caso de Amity. Si bien, no tiene tantos problemas con la traducción. Como lo mencione, en mi carta anterior. Suelen tener complicaciones, con las materias menos lógicas. Especialmente, con la clase de arte. Que en este caso. Sera examinada, a través de pintura. Lo que la puso un poco molesta. Ya que la pintura, no es su fuerte. Al menos no de la forma, en la que la califica la profesora de arte. Quien, hasta el momento. Ha calificado todas las pinturas y bocetos de Amity. Con la expresión, "sin alma". Dando a entender. Que Amity, no logra expresar nada con sus pinturas. Y que solo pintar por pintar. A pesar de que sus retrataros de tazones de fruta; son impecables, y perfectos. Lo que la tiene, un tanto frustrada. Por mi parte, no tengo problemas con la clase de arte. Solo pinto lo que se me viene a la mente. Por ejemplo, durante la ultima clase. Hice una pintura, de cómo me vería convertida en una nutria. Y a la profesora, le fascino. Dijo que mi pintura, expresaba la verdadera naturaleza de mi alma. Aunque yo solo la hice así, porque la idea me pareció divertida. No esperaba, elogios de la profesora. Tampoco esperaba la expresión de tristeza, que puso Amity; cuando fui elogiada.

Hoy, mientras escribo esta carta. Amity, se encuentra sobre la cama; utilizando su computadora. Por el ceño fruncido, de su rostro. He de imaginar, que no está nada feliz con la situación. Sin mencionar, que la falta de internet en el internado. Debe frustrarla aún más. Tanto, que para no pensar en el problema. Comenzó a jugar un viejo juego de ajedrez, que olvido que la computadora tenia instalado. No obstante, a pesar de que lleva varias victorias. No parece estar feliz por ello, si no todo lo contrario.

Sin pensarlo más, me acerque a ella. Me miro un instante, y luego regreso su mirada a la computadora. Viendo su falta de ánimo, para iniciar una conversación. Tome la iniciativa, y hable; preguntándole, si quería ayuda con la clase de arte. A lo que ella respondió; suspirando pesadamente, que sí. Y sin pensarlo mucho, me senté a su lado. Teniendo una pequeña conversación. En la que Amity, dejo salir toda su furia y rabia contenida. Al expresar, que la profesora de arte ¡era una tonta! Ya que, a pesar de que hacia su mejor esfuerzo. La profesora no valoraba su trabajo.

Al principio, iba a darle la razón a Amity. Pero la profesora, tenían un punto. Amity, pintaba perfectamente. No había duda de ello. Pero cuando la veía pintando, no había un solo ápice de felicidad en sus rostros. Mas bien, parecía que odiaba hacerlo. Y cuando estamos en clase de arte, siempre es la primera en entregar su trabajó. Sin embargo, siento que lo hace para terminar rápido con la clase. No necesariamente, para que sus trabajó se revisado. Es como si simplemente, quisiera saltar de ello.

Entonces decidida, hable. Haciéndole notar, lo que pensaba. Y expresándole, que tal vez podría superar el examen de arte. Si cambiaba un poco el enfoque de su pintura. A lo que ella me pregunto ¿Cómo? Entonces lo dije, que me pintara a mí. Haciéndola sonrojar casi de inmediato. No obstante. Le explique, que no tenía que ser necesariamente un retrato tal cual. Y que en vez de usarme como modelo. Que me pintara en base a su memoria. O mejor aún, que me pintara en la forma en la que ella me percibía. Expresándole, que no se limitara a como era físicamente. Si no que me retrata de una forma, incluso fantasiosa. Tal como yo lo había hecho, cuando me dibuje como una nutria. Dejándola sin palabras. Para luego sonrojarse, e irse rápidamente al baño; sin decir una sola palabra. 

 

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Cartas de Luz a Casa • LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora