Carta 8: Una mañana, un tanto inusual

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Es Luz, de nuevo. Hola mama. Pasaron muchas cosas alocadas, anoche. En un principio. Planeaba enviarte una carta, un tanto diferente. Explicando, los eventos que ocurrieron. Durante una tormenta eléctrica, que azoto el internado. No obstante. Después de pensarlo un poco. Decidí, no hacerlo. En primer lugar. Porque siento, que es un tanto vergonzoso. Y el segundo motivo. Tiene que ver, con la vida personal de Amity. Y no me sentó con la confianza, de poder divulgar mucha información. Digamos, que es un tanto complicado. Tratare de hacerte, un resume breve; muy por encima de la situación. Solo para ponerte, en contexto.

Anoche, Amity. Tuvo problemas de sonambulismo. Mientras, como lo mencione antes. Una fuerte tormenta eléctrica, callo sobre el internado. Lo que complico un tanto las cosas. Cuando los relámpagos, me despertaron. En fin. Encontré a Amity. En un estado; un tanto inconveniente, por así decirlo. La pobrecita, había caminado dormida. Atormentada, por los relámpagos. Debió ser una pesadilla horrible, para ella. No lo dudo. Al final. Hice mi mejor esfuerzo, y logré que se calmarla. Quedando ella, profundamente dormida. Por lo que después de descansar un rato. La llevé a mi cama, y la recosté. Para luego dormir junto a ella. De esa manera. Si ella, volvía a caminar dormida. Me seria mucho mas fácil, intervenir.

A la mañana siguiente. Solo escuché, un grito de pánico. Cuando me levante soñolienta, de la cama. Al parecer. Amity, había despertado. Sin imaginar. Que los primero que vería, al abrir sus delicados ojos. Seria el bello rostro, de su compañera de habitación; dormida, junto a ella. He, de imaginar. Que tan grande, debió haber sido su sorpresa. Digo. No es normal. Despertar en la cama, de una hermosa muchacha latina. Al menos, no. Sin una buena novela o drama, de por medio. Jejejeje. En fin. Me gusto mucho ver, como su rostro blanco; aperlado. Iba cambiando de color, hasta tomar la tonalidad de un tomate.

Verla en ese estado. Era un tanto divertido. Por lo que, no pude evitar. El meterme un poco, con ella. Diciendo, una de las frases. De la novela, que tanto te gusta -Sucede algo cariño. Anoche, me sorprendiste mucho. Cuando de la nada. Te metiste en mi cama, y comenzaste a abrazarme cariñosamente. Al principio, trate de resistirme. Pero simplemente, no pude soportar tus encantos. Al final. No me quedo de otra. Mas que aceptar, tus cariños beso. Y las frases de amor eterno, que me prometiste. A pesar de que somos, de mundo tan diferente. - guiñándole un poco el ojo, con coquetería.

No pudo explicar con certeza, que fue lo que sucedió. Pero creo que el cerebro de Amity, se desconectó. Porque de un segundo a otro. El color rojo de su rostro, aumento. De su nariz, surgió un ligero hilo de sangre. Y sus ojos, se pusieron completamente en blanco. Mientras, esta perdía la conciencia. cayendo acostada, nuevamente sobre mi cama. Supongo, que mis palabras. Fue una explicación. Que simplemente, no pudo procesar ¡Lo siento, Amity! Esa no fue mi intención.

Asustada, por la reacción de Amity. Decidí, dejar los juegos a un lado. Y la recosté, en su propia cama. Seguido, de esto. Me volví a acostar. Fingiendo, estar dormida. Esperando que ella despertara, nuevamente. Algo que ocurrió, después de unos veinte minutos. Cuando ella se levantó de la cama, bastante alterada. Lo que causo, que automáticamente. Me levantara, en respuestas. Mirándonos fijamente, durante un rato. En un silencio, bastante incómodo. Hasta que algo nerviosa. Dijo -Buenos días Luz-. A lo que respondí -Buenos días Amity-. Notando nerviosismo, en su mirada.

-Luz ¿sabes si anoche, yo...? - no parecía segura, sobre lo que quería preguntar.

- ¿Si anoche, caminaste dormida? –

Un silencio, se hiso presente. Ante la revelación.

-...- las palabras. Simplemente, no salían de su boca.

-Si Amity. Anoche caminaste dormida-

Bajando la mirada, desalentada. - ¿Te cause problemas? -

-Pocos. Aunque mas que problemas. Fue la impresión de la escena ¿Por qué no me dijiste que eras sonámbula?

-Se supone, que ya no debía pasar. Lo lamento. Si quieres, que abandoné el dormitorio. Lo entenderé- suspiro, resignada.

-No tienes que hace eso Amity-

-Debo. Los Blight, no causamos problemas. Los Blight, somos perfectos. Un Blight, que no es perfecto. Debe desecharse- pude ver algunas lágrimas, recorriendo sus mejillas.

- ¿Quién dice eso? – me acerque a ella, cuidadosamente. Coloque mi mano, en su rostro. Y con el dedo pulgar. Seque lágrimas, de una de sus mejillas.

-Mi madre...- nos miramos a los ojos.

-Pues tu madre, no esta aquí. Así que no te mortifiques, con algo como eso. Solo déjalo pasar-

-No dirás lo mismo, cuando vuelva a ocurrir-

-Amity, no soy quién para juzgar. Todos tenemos nuestros problemas. Mírame a mí. Tengo que tomar antidepresivos. Para poder mantener la sonrisa, que estás viendo en este momento. La que debería irse, soy yo, no tu-

-No tienes, que irte. El que estés medicada, no me molesta-

-Pareciera, que sí. Desde que te lo dije. Simplemente, dejaste de hablarme. Me tratas con indiferencia, y actúas; como si no existiera-

-Estas equivocada. Solo te estaba dado espacio. Pensé que eso era lo que querías-

- ¡¿Me estabas dando espacio?! ¡Dejar de hablarme! ¡¿Es tu idea de dar espacio?! –

-Si, así lo hacen mis padres en casa – bajo la mirada desalentada. -Lo siento. Creo, que me equivoque-

Suspiro, contando hasta 10. Para no lanzar al aire, palabras que una señorita de mi clase no debe pronunciar. -Nos equivocamos. Es culpa de las dos. Si te hubiera dicho la verdad desde el principio. ¡No, corrijo...! Si ambas nos hubiéremos dicho la verdad, desde el principio. En vez de ocultar las cosas. Tanto con mi problema psicológico, como con tu sonambulismo. Abríamos evitado, esta clase de situaciones-

-Si...

-Bien, ya que estamos de acuerdo en ello ¿seguimos siendo amigas? -

- ¿Cuándo dejamos de serlo? –

-Buen argumento- ahora que las cosas, se habían solucionad. Me sentía mejor – Hoy no hay clases, hasta la tare. Vayamos a desayunar- camine hacia la puerta, de nuestro dormitorio.

- Oye Luz... –

- ¿Dime? -

- ¿Dije algo, mientras caminaba dormida?

-Si. Pero fue algo, que me puso un tanto nerviosa.

- ¿Qué fue lo que dije? - De un segundo a otro, se puso nerviosa.

-No imagino que estabas soñando. Pero por lo que escuché, soñabas con alguien especial. Incluso estoy segura, que le juraste amor eterno. Pillina, luego me dices el nombre del chico afortunado-

-Si...- el rostro de Amity, se pudo rojo; como tomate. -Menos mal, fue un sueño- se dijo la chica, recordando. Lo que la luz, de su supuesto sueño. Le había dicho.

Al final del día. Todo termino. Con Amity, y yo. Sentadas a la mesa, desayunando. 

 

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Cartas de Luz a Casa • LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora