Cuatro

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Louis hacía videollamada en la cocina con Niall, un buen amigo de su escuela que lo ayudaba bastante en sus clases y que en ese momento tenían un proyecto juntos.

No habían podido verse personalmente pero tenían todo bien controlado.

— Entonces, ¿Estás en casa de Harry?

Louis dejó de escribir e hizo la libreta a un lado.

— Si, su madre llega en dos días, lo estoy cuidando — Sonrió, y miró a la habitación del rizado, donde lo había dejado viendo una película.

Le había explicado que tenía tareas que hacer y que estaría en la cocina por unas horas, luego le prometió jugar con el a lo que quisiese, Harry obedeció sin rechistar.

— ¿Y cómo es? ¿Era todo lo que te esperabas?

— Para nada Ni, sinceramente, creí que tenía alguna enfermedad rara que  contagiaba a las personas... Ya sabes, por eso que su madre no me dejaba conocerlo.

— Ya — Niall asintió al otro lado de la pantalla — ¿Y entonces que tiene?

Louis apretó los labios y suspiró, contándole lo que pasaba a Niall, haciéndole prometer que no le diría a nadie.

—... Es un buen chico, esta mañana despertó sin little, es igual de mimado y lindo — Admitió, con una sonrisa.

— ¿Te gusta?

Louis hizo un ademán con la mano.

— ¿Que? Pff, no, digo... ¿Eso estaría bien? — Divagó, pensando si sería correcto decir que le gustaba Harry.

— Supongo que si, no es nada ilegal ¿Creo? — Niall pensó un poco y eso hizo a Louis dudar.

¿Cómo reaccionaria Harry si le dijera que le gustaba? Tenía un día de conocerlo y lo traía babeando en el suelo, o peor aún ¿Cómo reaccionaria Anne si le dijera que su pequeño hijo le gustaba? No, no lo diría nunca.

Terminó el trabajo y la llamada con Niall unos minutos después y llamó a un lugar para pedir comida para ambos, luego guardó sus cosas que estaban regadas por la mesa.

Mientras lo hacía, Harry apareció asomando su cabeza por la puerta de la cocina, muy silencioso, y lo veía atento, con su chupete en en la boquita. Louis le sonrió y le hizo una seña para que se acercara.

— Ya terminé Hazz, pedí comida ¿Te gusta el sushi?

Harry desvío la mirada, pensando.

— ¿Rollitos? — Lo vio de nuevo, con duda, hablando con dificultad por el objeto.

— Si, rollitos de sushi.

El rizado asintió con una sonrisa y Louis le acarició la mejilla, se dio cuenta que traía sus manos tras la espalda y le dio curiosidad.

— ¿Qué traes ahí, eh? — Preguntó, tratando de ver. Harry balanceó su cuerpo a los lados, puso sus manos al frente y le enseñó a Louis unos esmaltes para uñas.

— Wow, son bonitos, brillan — Lo tomó entre sus manos y los vio a cada uno, eran de muchos colores y todos brillaban.

— ¿Me los pones? — Preguntó Harry suavemente, sacándose el chupete y dejarlo colgar con el listón de su cuello, y se sentó más emocionado frente a él.

— Si, te los pongo — Dijo nervioso, pues nunca en su vida había pintado uñas y temía que al menor no le gustaran.

Harry extendió sus manos a él, sobre la mesa, Louis abrió todos los esmaltes y tomaba los deditos de Harry con delicadeza, pasando la brocha suavemente por sus uñas, bien recortadas.

Cuando todas estuvieron pintadas Harry sopló un poco sus manos y luego volteo a ver al ojiazul.

— Sopla — Le dijo.

— Oh, si claro — Louis sopló las uñas y luego las tocó delicadamente para asegurarse que estaban secas.

Harry le sonrió, y se sonrojó cuando Louis le dio un beso en cada mano.

— Listo Hazz, ¿Te gustaron?

— Son bonitas — Vio sus uñas y después a Louis, se acercó para darle un beso en la mejilla como solía agradecer.

Louis tensó su cuerpo para no gritar de la emoción y trató de distraerse cerrando los esmaltes.

Fueron a la habitación de Harry, se había dado cuenta que era donde más le gustaba estar, tal vez era por los juguetes que tenía, o por qué era bonita y acogedora. Se sentaron en la cama a ver la película que el menor había estado viendo antes, y lo mantuvo silencioso por un biberón con chocolate caliente, hasta que llegó la comida y Louis fue a recibirla.

Cuando el ojiazul entró de nuevo a la habitación Harry estaba estirándose sobre la cama, luego volteo a verlo con una sonrisa.

— Tenía mucha hambre — Harry tocó su pancita que ya hacía ruidos e invitó a Louis a sentarse a su lado.

— Este tiene aguacate, es el tuyo, Hazz— Louis le dio el plato de sushi y Harry empezó a comer.

— Como... ¿No te gusta el aguacate? — Preguntó, casi ofendido.

— No, cielos es horrible — Hizo una mueca de desagrado y empezó a comer.

— ¡Es muy rico! Mi mamá me hace taquitos de aguacate y sal, me gustan mucho.

— Puedo hacértelos también, pero nunca los comería, uh uh.

Ambos siguieron conversando y riendo de cosas sin sentido que decía Louis, hasta que terminaron de comer y Harry yacía recargado en la cabecera de su cama, sobando su estómago lleno.

Louis lo miraba discretamente de reojo, se veía tan pequeño y lindo ahí, acurrucado entre sus mantas y viendo la televisión.

Tomó una toallita húmeda del mueble de a lado y la acercó temeroso a la boca de Harry, limpiándola de las migajas. El rizado lo miró pasmado, creyendo que era un poco innecesario teniendo en cuenta que estaba fuera de su espacio y podía hacerlo sólo, pero no se quejó.

— G-gracias... No tenías por qué, no era necesario — Le sonrió, tímido y un tanto avergonzado.

— Quería hacerlo, lo siento — Se disculpó, frotando las manos en sus piernas — Yo eh... Voy a darme un baño, ¿Te molesta si...?

— No, no, esta bien, puedes ducharte y hacer lo que quieras.

Louis asintió y tomó la mochila con su ropa.

— ¿Estarás bien?

— Si, hazlo tranquilo Lou — Le tranquilizó.

Louis sintió mariposas en su estómago por el diminutivo, el escucharlo de un Harry sin sentirse vulnerable y pequeño era muy diferente y más especial.

Louis asintió sin más que decir y fue a bañarse, sonriendo como tonto y con libertad, aprovechando que el bonito chico en la habitación no lo veía.








[...]

Cuál es su parte favorita hasta ahora?? Yo tengo una obsesión con los diminutivos, perdón 💗🏡

bubba bear • larry softDonde viven las historias. Descúbrelo ahora