bubba bear • larry soft

Diez

Louis estaba triste.

O decaído, no lo sabía con exactitud, pero no tenía ánimos de nada. Había intentado muchas veces calmar lo que sentía por Harry y recordarse que eso no estaba bien y no era correcto, pero eso lo hacía sentir aún más triste.

— Ya, me estás cansado Louis ¿Por qué no vas a verlo? Es más, te acompaño — Niall se levantó de donde estaba y camino hacia la cama de Louis, tomándolo del brazo y jalándolo para que se pusiera de pie, no funcionó.

— Ya te dije que no quiero Niall, no tengo ganas.

— Pero si estas así por que no lo ves, hombre ¿Tanto te gusta?

Louis gruñó.

— Deja de decirlo — Se giró para darle la espalda y abrazar una almohadilla — Se escucha tan mal — Lloriqueo.

Niall rodó los ojos y vio en el escritorio de su amigo el oso de peluche ya arreglado, lo tomó y lo analizó unos segundos; era bonito, café y suave, además tenía un conjunto de ropita blanca con rosa y olía a bebé.

— Ya pasaron días, si no te extraña a ti, seguro extraña a su oso.

Louis lo miró y se imagino a Harry haciendo pucheritos y llorando por querer a ese peluche.

— Luego se lo llevaré, lo prometo.

— Bueno, pero ahora sal de esa cama por favor, podemos ir al parque a jugar fútbol, hace mucho no lo hacemos — Ofreció Niall, tratando de levantarle el ánimo.

— Bien, pero sólo un rato, luego regresamos y nos recostamos a deprimirnos de nuevo — Se puso de pie y se miró al espejo, acomodando su ropa.

— yo no estoy deprimido.

— Pero finge que si, eres mi mejor amigo Ni.

El chico bufó y salió de la habitación, dejando a Louis un momento solo mientras buscaba el balón de fútbol.

Louis y Niall regresaron a casa del ojiazul bastante sucios y sudorosos, su madre los mandó a darse una ducha de inmediato para que Niall se fuera limpio a su casa.

Habían hablado mientras jugaban, y Niall convenció a Louis de hablar con la madre de Harry respecto a sus sentimientos, también le dijo que se preparara para cualquier respuesta negativa que pudiese tener, eso le dio valentía de querer tener a Harry con el.

Louis estaba sentado en su escritorio, revisando cosas por el Internet, con el cabello mojado y en pijama, Niall estaba recostado en su cama ya limpio, sin ninguna intención de irse.

— ¿Que haces? — Le preguntó el rubio viéndolo de reojo.

— Estoy buscando algo que Harry quiere.

— ¿Qué es?

El ojiazul le mostró la pantalla y Niall entorno los ojos para ver; eran unas casitas tipo campaña para poner dentro de la habitación y decorarlas.

— ¿Lo vas a comprar? ¿Enserio?

— Si, tengo dinero ahorrado — Respondió, seguro — Ahora ayúdame, voy a a hacer unos cambios en este lugar.

Louis terminó de hacer el pedido y se subió a la cama, haciendo que Niall también se levantara y empezaron a quitar algunos póster de bandas y futbolistas.

— ¿De verdad quitarás a The Beatles? — Preguntó el rubio, mostrándole un cuadro de la banda, Louis se encogió de Hombros.

— Tengo más, te lo regalo si quieres.

Niall lo guardó cerca de donde tenía sus cosas antes de que el ojiazul se arrepintiera.

La habitación de Louis no era tan grande como la de Harry, pero quería crear un espacio más seguro y cómodo para Harry si de verdad le gustaba y estaba dispuesto a aceptar eso.

— Creo que a Harry le gustará, podrías ponerla por ahí — Señaló Niall, a la esquina de la habitación, que había quedado limpia y perfecta para la casita.

Se veía diferente, no era infantil, pero tampoco tan brusco como Louis la tenía, las paredes eran color crema y había cambiado las cobijas por unas azul celeste y recogido ropa sucia y demás.

— Bien, mi pedido llegará en unas horas, ¿Puedes recibirlo? —Preguntó Louis, mientras se ponía una chaqueta encima del pijama.

— Claro... Son las seis de la tarde ¿Vas con el?

— Si, iré a ver si quiere venir a dormir con nosotros... Supongo que te quedas, ¿Verdad?

Niall parpadeo flojo y se recostó bajo las cobijas, provocando una mala mirada de Louis.

— Invades mi espacio, ya vete — Dijo el rubio.

Louis rodó los ojos y salió de casa, yendo directamente hacia la de Harry, con unos chocolates que sabía que le gustaban, y Bubba en su antebrazo.

Louis tocó la puerta de la casa del menor, y su madre fue la que abrió, con una notable cara de sorpresa y algo de ¿Nervios?

— Louis, que sorpresa cariño, tenía días sin verte.

— Hola Anne, cosas de la escuela — Dijo — Vine a ver a Harry, ¿Está?

Anne le dio el pase para entrar a casa, pero se detuvo en la pequeña sala, sin invitar a Louis a ir a buscarlo.

— Está en su habitación, han sido días pesados.

Louis se sentó en el sofá junto a Anne y frunció el ceño.

— ¿Está enfermo? ¿Le duele algo? — Se preocupó.

—No no, nada eso Louis, fue... Desde el último día que salieron — Confesó, pero parecía apenada — No ha entrado en su pequeño espacio desde entonces.