El odio habitaba en tus ojos como profundos pozos de fuego.
Furia palpitaban tus venas.
Amor bombeaba tu corazón roto.
Pero ella no podía reconstruir tu mundo.
Ella no era ella.
No podías sustituir a la reina.
Y un rey solo,
no podía reinar.

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Muerte en vida
Short StoryTodos somos como un grueso libro. Necesitamos que alguien llegue a leer hasta el final de nuestra historia. Pero todos se cortan con la última página, y no acaban de leer.