Violeta

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Cada sábado desbordaba tu locura.


Ni siquiera ya eras dueña de tu cuerpo,


vasos y más vasos de cubata


calmaban la sed


de tu alma afligido.


Frenesí desatado,


corazón sombrío.


Pero dime, Violeta


¿de verdad tienes motivo?


Escucha,


estás a tiempo.


Para un momento,


mira,


el mundo está corriendo.


No ciegues más tus azules ojos,


con aquellas luces que no paran de girar.


Ese fulgor no te hará más bella,


tan solo te hundirá.


Quédate a oscuras,


el alcohol nada puede solucionar



Pero, Violeta...


no lo hiciste a tiempo,


y ahora estás sumida en aquel odiado sueño..


Un sueño sin final.











Muerte en vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora