Y comenzó a romperme.
Trozo tras trozo.
Me hizo millones de pedazos.
Pero no le importó destruirme,
aún sabiendo que nadie podría ya repararme.
¿ Para qué servía una muñeca rota?
Después se fue.
Se fue dejando miles de recuerdos despedazados.
Le dolía tanto como a mí.
No volvió nunca.
Y intentaron reiniciarme .
Pero él ya se ocupó de que no lo hicieran.
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Muerte en vida
Historia CortaTodos somos como un grueso libro. Necesitamos que alguien llegue a leer hasta el final de nuestra historia. Pero todos se cortan con la última página, y no acaban de leer.