A la vista

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La fiesta acabó con alegría por todos lados, solo sonrisas y personas con mucho alcohol en vena salían del gremio para reposar de tal festividad.

Mirajane que había tomado un poco pero no lo suficiente como para notarse mal decidió cerrar el gremio cuando la maestra salió respirando el aire puro del exterior. La notaba feliz y aunque no había bebido nada si había celebrado y aprovechado para estar juntas mientras explicaban quien era la que se había enamorado primero, fue un buen repaso de sus vidas y al final aunque no quedó claro quien dio el primer paso  se notaba el alivio en las miradas.

La vio estirarse y luego esperarla extendiendo su mano. 

Mirajane la vio y no dudo en darle su mano para caminar juntas cogidas, no habían podido hacerlo con tal libertad y se sentía demasiado bien, Erza con su pulgar le acariciaba mientras notaba como la lluvia empezaba a caer.

-Habrá que correr. -Le avisó Mirajane dando un paso largo pero fue frenada por la pelirroja.

En mitad de la calle mientras había ciudadanos que corrían mientras la lluvia se hacía cada vez más potente pero no lo suficiente.

-Erza.. -La llamó para mirarla. -Está lloviendo. -Le dijo pero vio su sonrisa y intuyo lo que quería.

-Quiero besarte. -La atrajo en mitad de la calle y algunos ya las habían reconocido.

Mirajane quedó atónita, acabó por impulsarse y besar a Erza, ambas notaban la lluvia en sus labios, fue un beso lento y con ganas, disfrutaron de la libertad que era estar en mitad de la calle y poder verse unidas de esa forma, además Mirajane siempre tuvo el sueño de verse en una escena romántica como esta y lo disfrutaba de sobremanera, de hecho sus manos subieron a la nuca de la pelirroja para no dejarla escapar.

-Más. -Le avisó la albina y sonrieron. 

Un rayo las hizo separarse por el susto y fue como una advertencia de que podían seguir en otro momento.

Mirajane decidió esta vez si correr hasta Fairy Hills pero se iban parando para abrazarse y darse algún que otro beso, el camino se les hizo bastante corto y fue cuando llegaron al cuarto de Erza que iban empapadas por culpa de la lluvia y aunque iban agotadas reían por la locura que había sido.

-Ya no puedo más. -Erza se apoyó en la puerta tras hablar y cerrarla. -No tengo edad para estas cosas. 

Mirajane entró más para dar una vuelta medio bailando de la alegría  y volver con la pelirroja para pegar sus frentes.

-Estoy demasiado feliz. -Le confesó cerrando lo ojos y disfrutando la cercanía. -Nunca he estado tan feliz. 

-Te amo. -Le confesó en un abrazo. -Mirajane, te amo. 

La nombrada sonrió y aprovechó la cercanía para susurrarle. -Yo también te amo. -Ambas sonrieron. -Te amo mucho. 

Se miraron y Erza le puso el pelo bien, la coleta que retenía el flequillo de Mira a causa de la lluvia se había caído.

-¿Quieres bañarte conmigo? -La albina le sonrió  con picardía y Erza supo en que pensaba tras preguntarle.  -Solo nos bañamos. -Le advirtió siguiendo el juego de miradas, la vio asentir y luego morderse el labio. -Sin trampas, estamos muertas de agotamiento, si me enciendes.... -La besó para esta vez morderle el labio.

-Me gusta esa advertencia. -Se separó de la pelirroja para besarle el cuello y morderlo lentamente. -Iré a prepararlo todo. -La dejó sabiendo que no debía de haber provocado a Titania había sido arriesgado.

-Me las pagarás. -Le susurró intentando controlarse y recomponiéndose.

Erza preparaba el baño ya que la necesidad de controlarse fue mayor, poniendo todo bien y incluso sacó unas velas haciendo reír a  la albina mientras está preparaba las toallas y acomodaba todo.

Solteras (MirZa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora