Esperanza

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El rugido despertó a todos.

Erza quien miró enseguida a Mirajane supó que Kyouka sabía algo y ahora eso la había enfurecido.

Ese rugido fue en verdad un aviso. 

De que su enemigo estaba dentro

De que estaba lista para una guerra.

De que debían de prepararse.

Mirajane intentó seguir a Erza quien ahora estaba mirando por su ventana.

-¿Eso fue? -No supo porque preguntó, su interior sabía aunque no quería creérselo.

La pelirroja observó como Magnolia se sentía con miedo y su mirada se fijo en el gremio en el que estaban ahora sus enemigos, ya que ahora la luz que reflejaba era lo suficiente fuerte ahora para delatarlo.

Mirajane quedó embobada y una parte de ella tuvo intenciones de ir, su interior quería acabar con eso ya.

-No, nadie deberá hacer nada. -Adelantándose a todo envió un fuerte mensaje con su magia. 

Aquella que se desprendía de ella y obligaba como maestra de un gremio a que su voluntad fuera concedida.

-Por telepatía. -Mirajane se cogió a Erza y esta le hizo caso.

Warren  se puso en posición para transmitir el mensaje que le llegaba de su maestra.

-Nadie deberá hacer nada, esperaremos, sabemos quien es nuestro enemigo, su localización y ahora debemos ponernos en mejor situación.

Natsu al oír la voz de su maestra se freno en la calle, más de un miembro de gremio que había salido de su casa para enfrentarse junto con el Dragon Slayer pararon también en seco.

Se escucharon algunas replicas la más fuertes de Gray.

-Kyouka ataca por rango, su magia se centra en el dolor, ahora no sabemos de lo que es capaz pero su llamamiento es un aviso, irá a por nosotros y algunos estamos marcados por heridas que se pueden reabrir, si así fuera estaríamos acabados por segundos.

-Cierto. -Laxus habló. -La impaciencia hará que fallemos, tenemos la oportunidad perfecta, vendrán y debemos prepararnos.

-Todos al gremio, ya. -Con eso concluyó todo.

El silencio se apoderó de todo el ambiente.

Kyouka en su lugar se volvió a sentar.

Pero volvió a levantarse frentica y tras ver a su informante rugió de nuevo, pero esta vez más para los presentes. Atemorizando más a los que venía su ira crecer y mientras más notable era más inestable parecía volverse.

Sus movimientos erráticos, derribando todo lo que estaba por el medio de su camino, desestabilizando su poder que se activaba de forma indomable y atacando a quien menos esperaba, demostrando más que lo que pasaba estaba fuera de control de todos.

-Mi mujer, Seilah, quien murió cediendo su poder y siendo consumida por otra.... ahora esta yaciendo con mi enemiga... -Acabó riéndose mientras caía de rodillas. -Ella  con su  Macro, era lo mejor de mi vida.

Un seguidor de ella se acercó un poco. -Podemos traerla de vuelta con usted... lo haremos.

-Claro que se hará. -Cerró los ojos conteniéndose. -Debe hacerse. -Miró por la ventana, observando la luna pequeña que asomaba. -Tenia una gran calma  que me ayudaba y su odio hacía los humanos me apasionaba, jugaba con ellos como si nada y siempre entre su maldición y la mía destronábamos a cualquiera. -Miró sus garras. -Pude escribir en mi libro para sobrevivir a todo por eso me dio igual sacrificarme aunque me diese miedo, pensé que hizo lo mismo pero no fue así, le arrebataron esa oportunidad y sobrevivió en el cuerpo de la mujer albina esa.

Solteras (MirZa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora