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Dumbledore sabía que su jueguito de ajedrez se había complicado cuando las protestas y reclamos rugieron fuera de su oficina.

Albus era un hombre solitario, con nada más que una vida con ambiciones, engaños y asesinatos.
El quería poder, siempre lo quiso. Quería reconocimiento; que cuando muriera, su nombre aún se escuchará por los pasillos del maravilloso colegio que se le había otorgado y el cual había manchado con sus mentiras.

El pasado lo perseguía. El saber que no fue suficiente para ella, para su amor prohibido, para esa pequeña pelirroja inalcanzable que se había ido ante sus ojos.

Aún lo atormentaba los días en los que los veía hablar por los pasillos, las secretas caricias que se daban, el beso más cálido y hermoso, el de su boda, boda a la que había sido invitado, y fue. Fue solo para lamentarse por el resto de sus días, para recordar a esa niña muggle a la cual le había dado de su magia solo para que pueda asistir al colegio, a esa niña dulce e inteligente que le había tratado con un respeto más gigantesco del que cualquiera le hubiese dado; fue solo para ver a esa niña convertida en adulta, con otro hombre, besándose con pasión en el altar y rompiendo su corazón en añicos.

 Fue solo para lamentarse por el resto de sus días, para recordar a esa niña muggle a la cual le había dado de su magia solo para que pueda asistir al colegio, a esa niña dulce e inteligente que le había tratado con un respeto más gigantesco del q...

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1971:

-¿Para que me cito en su oficina, director?- Lily Evans tomaba asiento en la silla que Dumbledore le había indicado.

-Solo quería felicitarte por tus excelentes calificaciones este año, han sido impresionantes. Hay muy pocos niños nacidos de muggles que pueden realizar tales hechizos y lograr tales notas- el adulto sonrió, contento de que por fin pudiera tener un encuentro a solas con esa pequeña que le robaba la mente- ¿Caramelo de limón?

-No, gracias- Lily no se sentía cómoda ahí, el adulto la miraba con tal intensidad, como si la desnudará con la mirada, que se le hacía difícil no salir corriendo- Muchas gracias por la atención, me llevo mucho esfuerzo.

-Lo se querida, por eso quería darte una felicitación directa- aunque Albus notará la incomodidad de la niña, no quería terminar ese momento que para el era significativo.

-Si me disculpa profesor, debo retirarme, aún no he terminado mis maletas y mañana parto a mí hogar por las vacaciones. Buenas tardes, que tenga un lindo verano- sin más, la pequeña se levantó de la silla y salió con rapidez mal disimulada del cuarto.

El hombre suspiro -Ay, Lily... Lo que llegas a provocarme.

. . .
1973:

Un hombre se deslizaba por los pasillos de Hogwarts. Ágil. Tomando su distancia con cierta parejita, pero observando con enojo lo feliz que se veían juntos.

¡No era posible!
¡Él no tenía derecho a estar con ella!

. . .
1974:

Verla comer para Albus era algo relajante.
Había memorizado pequeños detalles, cuando comía carne, daba 25 mordiscos, cuando comía papas, zapallo o zanahoria eran 15; y para el arroz, guisantes y comidas pequeñas 10.

Esas pequeñas cositas enamoraban aún más al adulto, y su amor le recordaba que cualquier cosa era imposible con ella, que la única relación que tendrían sería: profesor, alumna.

. . .
1975:

Caminaba por lo alto de las paredes en su forma animaga, al ser una hormiga, si se descuidaba en el piso sería aplastado por un estudiante.

Su destino era la torre de Gryffindor, para visitar a cierta chica bonita (sin que ella lo supiera, claro).
Su camino fue largo, pero pasados los minutos, se deslizaba por el pequeño e indetectable espacio entre la abertura a la sala común y el cuadro de La Dama Gorda.

La encontró en su dormitorio tarareando una melodía muggle mientras completaba sus tareas.

Verla lo relajaba totalmente, su cabello flamante ahora atado en un rodete alto, sus ojos verdes cual esmeralda y su sexy blusa.

Su felicidad y relajación se vio interrumpida con la entrada del "pelo-parado y miope asqueroso", como Albus le decía.

El animago supo que debía retirarse cuando el cariñoso beso de saludo se convirtió en algo más fogoso.

. . .
1978:

-... Y que sepas que ante todos los conflictos, los magos oscuros y las pérdidas, te seguiré amando sin importar lo que nos pase- finalizó James con sus emotivos votos.

-El amor en los libros muggles es muy cliché, el bully y la estudiosa que se odian y al crecer se terminan casando y teniendo hijos. Jamás imaginé que eso me pasaría a mí, que sería la protagonista de esos relatos tan encantadores. Y aunque intenté decir que no me gusta, no podría, porque me encanta, me encanta tanto como tus ojos y tu cabello, como tú arrogancia y sentido del humor, como tú amor por el Quidditch, se me hace difícil entender como logré hacerme la difícil e ignorarte tanto tiempo. Te amo a ti y a todas tus células, sin importar qué. Juro solemnemente, que permanecere contigo aún después de la muerte- la sonrisa de James iluminó el salón, al igual que las palabras de Lily rompieron en añicos el corazón de Dumbledore.

-Bien, puedes besar a la novia- cuando el cura dijo sus palabras, James no perdió el tiempo y engulló la boca de su ahora esposa.

Todo era felicidad, todo era amor, menos para cierto mago barbudo, el cual fingió una sonrisa lo mejor que pudo.

. . .
1979:

La noticia del embarazo de Lily le había caído tan pesada y dolorosamente a Dumbledore, que esa noche, a la luz de la luna y rodeado de incontables botellas de whisky de fuego, prometió hacerle la vida imposible a Harry o Laila.

. . .
1980:

Albus de estaba tan preocupado por el parto de Harry como lo estaba el mismo padre, James.

El pensar que podría perder a su amada Lily le rompía el corazón, a ambos.

Suspiraron con alivio al ver cómo la enfermera informo que todo estaba bien y el padre podía pasar.

Parecieron horas las que pasaron cuando permitieron a familia y amigos ir a ver.
Dumbledore miro con recelo al pequeño Harry, quien estaba apoyado en las mamarias de la pelirroja.

. . .
1981:

La había matado, si, lo había hecho.

Y como cereza del pastel, sabía que había dejado al pequeño engendro en casa de abusivos.
Lo sabía muy bien.

ミ● ﹏

Nota de la autora:

Uno: termine el capítulo en el celular y acá no tengo el separador por eso la carita, y ni ganas de prender la computadora para ponerlo.

Dos: he decidido actualizar cuando pueda. Los compromisos no me pueden y sinceramente no tengo ganas de estresarme, para eso está el colegio. Ya se el final que le voy a dar a esta historia, solo falta escribirlo y sus capítulos anteriores.

Tres: no sé qué tan fumada estoy como para que se me haya ocurrido hacer a Dumbledore pedófilo y enamorado de Lily.

En fin, gracias por tenerme paciencia, pero jamás deben esperar algo de mí, porque aunque me esfuerzo soy una mierd-.

Tengan bonito día, saludos !!

❝La Verdad❞『Drarry』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora