Después de media hora de búsqueda, Snape se harto.
—Tsk, no queda de otra— de un bolsillo del interior de su túnica, saco un pequeño tubo de ensayo, medio lleno de sangre. Extrañado, Harry vio como el adulto mojaba la punta de su varita con el carmín liquido— Ramper di sangue¹
La sangre de la varita brillo y un hilo rojo casi invisible empezó a trazar un camino. Snape lo siguió al igual que Harry. Metros después, la rubia cabellera clásica de los Malfoy se mostraba entre la multitud.
—¡Draco Lucius Malfoy!— el cuerpo del chico se tenso cuando escucho su nombre completo; con lentitud volteó su cabeza, viendo a su furioso padrino y a su Harry agotado, probablemente de tanto caminar.
Poco fue su tiempo de reaccionar cuando su padrino agarro su codo y lo arrastró hacia la entrada de un local despejado.
—Te dije que no te alejaras demaciado con Zabini, esto ameritara un castigo— al ver el cuerpo del rubio temblar, aclaró— Nada físico, solo limpiaras los platos y la cocina— el rubio suspiro notablemente aliviado.
Siguieron su camino. Harry, mientras caminaba, pensaba en la conversación que tuvieron las personas que ahora caminaban a su lado, ¿por qué Snape había tenido que aclarar el "nada físico"? El en lo personal, detestaba la palabra castigo, porque sabía que cada vez que aquella palabra salía de la boca de alguno de sus tíos o primo, algún mal iba a pasarle.
La reacción de Draco a la palabra y la respuesta de Snape, era un indicio de que también había recibido castigos que involucraban maltrato no solo verbal, sino también físico.
Harry, de la nada, sintió la necesidad de ayudar a Draco, a hacerlo cerrar esas heridas que el sentía que cubría con una máscara de frialdad inquebrantable.
—Bien, a por la ropa— ambos jóvenes y el adulto empezaron a caminar hacia las tiendas, adentrándose en un local de ropa con prendas muggles y para magos.
Harry, quien llevaba varios minutos insistiendo en ir a Gringotts para retirar dinero y el pagar sus compras, pasaba los ojos por las prendas no muy convencido con lo que veía.
Sus esmeraldas se detuvieron en las camisas leñador, sus favoritas. Esas camisas eran una de las pocas prendas que tenía en la casa de los Dursley por lo que les tomo un cariño especial.
Su mano se estiró y tocó la aspera tela de notable calidad. Movió la percha de esa camisa verde y azul (la cual agarró pensando en Draco) y estiró su brazo a una camisa de cuadros violetas y grises, rayas azules, amarillas y rojas separaban cada cuadro. La tomo sin dudarlo y siguió viendo prendas.
Pantalones, camisas, zapatos y trajes después (de los cuales Harry logro pagar un poco más de la mitad gracias a escabullirse rápidamente a Gringotts) estaban en un punto de aparición para ir a la casa Prince.
—Sujetense— dicho eso, Severus se apareció en su hogar junto dos mareados ahijados.
Un elfo apareció ante la puerta y abrió está con apuro, le ofreció a sus amos colgar sus abrigos y quizo ayudarlos con las bolsas. Snape sobó su frente— ¡Regulus, ven aquí, ahora!— el mencionado apareció por las escaleras, sin apuro alguno se acercó a su pelinegro y quizo saludarle con un beso.
—No, no. Explica eso— señaló con la cabeza al elfo.
—Era un elfo de los Black, solo vino a su dueño— Regulus volvió a intentarlo, pero otra vez Snape se lo negó— ¡Seeev!
—Reg, la verdad— exigió con tal tono de autoridad, que el Black sabía que ya no tenía opción.
—Bien. Sueles hacer todo tu, limpiar, cocinar, cuidar de Cissy. Eso te deja agotado. Se que no te gustan los elfos, pero necesitas ayuda. Este va a recibir un pago, un sueldo digno que le permita vivir y no ser un dependiente y condenado de sus dueños— Severus suspiro, beso los labios de su pareja y con vergüenza se giró recordando la presencia de sus ahijados.
Al no verlos, guío su mirada a la escalera, viendo cómo estos subían rápidamente la escalera y se perdían en el pasillo.
Harry y Draco decidieron irse cuando la escena de la pareja se estaba encaramelando.
Ambos subieron rápidamente la escalera evitando ver la melosidad de los adultos— Uf, que suerte— dijeron al unisono, causando una risa en ambos por la casualidad.
—Oye, Harry— llamo el rubio al contrario, este cabezeo indicando que continúe— ¿Te gustaría ir a mi habitación a jugar ajedrez? Digo, si no quieres a mi habitación está bien, o si directamente no qui- —la risa del moreno calló al rubio.—Esta bien, vamos a jugar ajedrez— dijo con dulzura incontenible.
Ambos caminaron por el pasillo y se adentraron en la habitación, pasando una hermosa tarde.
Pero claro, no todo podía salir bien, no cuando uno es El Elegido y el otro hijo de un mortífago; ambos lo descubrieron, cuando de la nada, luces de hechizos y gritos de guerra se presentaron en la planta inferior.
1: Ramper= rastreo (francés)
Di sangue= de sangre (italiano)Aclaró que el hechizo lo inventé yo.
5/12, nota de la autora:
¡Por fin, vacaciones! Holaaa, ¿que tal?
Cómo se habrán dado cuenta, ya empezó el descanzo escolar para mí, por lo que ¡Más tiempo para escribir! :D
No prometo actualización más seguida, tengo capitulos escritos pero me está costando inspirarme. Así que no esperen mucho de mi.
Supongo que cuando esté capítulo sea publicado ya todos estarán en vacaciones. En fin, ¡felices vacaciones y gracias por leer!
Esto es irrelevante sinceramente KDKSKDDK
Bueno, los quiero, gracias por el apoyo que me están dando ♡
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❝La Verdad❞『Drarry』
CasualeCon los años, la vida de Harry Potter empeoraba cada vez más. Desde que cumplió sus 12 años y recibio la carta para entrar al Colegio de Magia y Hechicería Hogwarts, el abuso y maltrato que recibía por parte de sus tíos empeoro. Ir los veranos era u...