Capítulo I

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“LO TUYO ES PURO TEATRO”🎭

CAPÍTULO I: “Una propuesta semi-indecente... Un gusanillo y un ejecutivo deprimido.”

AUTORÍA: Patricia Jiménez

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Abrió los ojos y vio aquella superficie azul que tanto la gustaba; el rumor del agua y el sonido de las gaviotas se habían convertido en sus despertadores particulares. Se incorporó, aún con mucho sueño y sonrió a aquella mujer que la miraba en el espejo. Aún era incapaz de reconocerse. Hacía apenas unos días era una mujer horrorosa, mal vestida, mal peinada, etc. ¡Y pensar que con unos cuantos arreglitos era la mujer que se reflejaba en el espejo! Llegó a pensar que aquello no podía arreglarlo nada más que un bisturí y 12 horas de anestesia general.

Betty se fue a la ducha y empezó a cantar nada más el agua empezó a bañar su cuerpo; hacía mucho que no cantaba en la ducha. Su mamá siempre dijo que era algo muy bonito: cantar era un canto a la alegría de vivir. No recordaba la última que había hecho eso… Desde antes de que el tirano de Armando Mendoza decidiese urdir aquella trama para poder mantener una mentira que estaba claro que iba a terminar cayendo por su propio peso… Betty volvió a recordar la mirada de aquel hombre suplicándole que no se marchase y que la necesitaba… Una lágrima salió de sus ojos y se perdió en el agua que salía de la regadera. Sin embargo, pronto desechó la tristeza y pensó que lo mejor para avanzar era ver la vida en positivo.
Terminó de ducharse y se envolvió a una toalla. Cuando salió del cuarto de baño, el teléfono estaba timbrando y corrió a cogerlo.

B: ¿Aló?

CA: ¡Betty! ¿Cómo pasó la noche?

B: ¡Pues muy bien, doña Catalina! –no sabía por qué, pero era la primera vez que dormía bien en muchos meses.

CA: Verá… Sé que le había dado la mañana libre… Pero es que me gustaría que conociese a un amigo… Se trata de John Johnsson. Es director de teatro. Le hablé de la maravillosa asistente que tengo y dijo que le gustaría conocerla.

B: ¿John Johnsson? ¿“John hijo de John”? ¡Ojojojojo! –se rió por el juego de palabras de proporcionaba el nombre.

CA: Sus amigos le llamamos “Doble Johnny”. Es anglo-americano y casualmente hoy estaba en Cartagena. Estrena en el Teatro Heredia “Edipo Rey”, de Sófocles y me ha regalado tres entradas. Una para Michel, otra para usted y otra mí.

B: ¿En serio? –se emocionó y el recuerdo de aquel hombre pareció desvanecerse durante unos minutos– ¡Me encanta esa tragedia! En una ocasión la vi en un teatro en Bogotá y me encantó.

CA: ¡Pues ahora tiene una nueva oportunidad! –se alegró ante el entusiasmo de su asistente– A las 10.30 he quedado en recogerle a la puerta del hotel para dar una vuelta por la ciudad. Por cierto… Michel no ha hecho más que preguntarme por usted… Creo que lo impresionó…

B: ¡Ay, doña Catalina! –se ruborizó– No diga esas cosas… Yo no impresiono a nadie… Michel es… muy agradable. Y creo que trató de hacerme sentir bien. Pero nada más.

CA: Lo que usted quiera Betty… –jamás conseguiría que Betty se deshiciera de aquel sentimiento de inferioridad– ¡Nos vemos a las 10.30!

B: ¡Allí estaré!

Soltó el teléfono y corrió a vestirse. “Edipo Rey”… ¡Cuánto le gustaba la escena de Edipo resolviendo el enigma de la esfinge de Tebas! Aún no estaba acostumbrada a su nueva imagen y a la nueva ropa que debía usar. Se puso unos short color negro y una camiseta azul de manga corta. Aún no se hacía a enseñar los brazos y las piernas. Si su papá la viese… Pero su papá no estaba ahí… Se calzó unas sandalias planas y se peinó un poco aquel cabello rebelde. Se recogió el cabello en una coleta y salió de la habitación, dispuesta a conocer a “Doble Johnny”.

Lo tuyo es puro teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora