Capítulo VII

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“LO TUYO ES PURO TEATRO”🎭

CAPÍTULO VII: “Una mujer normal, un ensayo atípico y el primero de muchos...”

AUTORÍA: Patricia Jiménez

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“La vida es como una obra de teatro: no es la longitud, sino la excelencia de la actuación la que importa”.

(Lucius Annaeus Seneca - Filósofo, orador, político y escritor romano).

Armando llegó a su apartamento de muy mal humor. Nada más entrar por la puerta casi tiró un jarrón que descansaba sobre una pequeña mesita. Camila y Mario Calderón entraron inmediatamente después que él.

MC: Pero, ¿qué es lo que pasa?

Camila le había llamado y le había dicho que les esperase frente al apartamento de su hermano.

C: Armando, tranquilízate, por favor…

A: ¿Que me tranquilice? –se dio media vuelta y le gritó– ¿Es que no lo has oído? ¡Betty estuvo con un tipo en Cartagena!

MC: ¿Qué dice? –preguntó sorprendido– ¡Venga, no diga tonterías! ¿Cómo iba a estar Betty con otro hombre si a duras penas pudo estar con usted?

C: Pues es posible porque no todos son unos imbéciles como tú, Mario… –le miró enfadada.

A: ¡Ese Michel se ha estado interponiendo entre Betty y yo! ¿Quién es? ¿Cómo lo conoció? ¿Cómo es? –se preguntó a sí mismo desesperado.

MC: Madre mía… Parece José Luis Perales… –fue a servirse un trago de whiskey.

A: Y, ¿este que hace aquí? –preguntó a su hermana, refiriéndose a Calderón.

C: Es tu amigo… ¡Y entre los dos formamos equipo de asesoría! –respondió sonriéndole.

A: ¡Asistente personal, representante, equipo de asesoría…! –comenzó a caminar nerviosamente por toda la estancia– ¡Yo tengo de todo, pero no sirve para nada!

MC: ¡Oiga! –se acercó hasta ellos con un vaso de whiskey en la mano– ¡No pague con nosotros el hecho de que Betty tenga un tinieblo! ¿Qué culpa tenemos si la gusta tanto el tema de la playa?

A: ¿El tema de playa? –le miró enfurecido; con rabia tomó un adorno de cerámica y se lo lanzó a Calderón.

MC: Pero, ¿qué hace? –consiguió esquivarla– ¿Es que ha perdido la cabeza?

C: ¡Armando, basta! –le sujetó– ¡Intenta controlar esos impulsos! –le empujó hasta el sofá.

A: Ay, que se fue con otro… –comenzó a llorar desconsoladamente.

C: ¡Ustedes ya no estaban juntos! No seas posesivo… ¡Además, eso ya no se puede cambiar! –trataba de hacerle entrar en razón.

MC: Si no, que se lo pregunten a Betty… –rió con sorna, mientras bebía un sorbo de whiskey; se sentó en uno de los brazos del sofá.

C: ¡No metas más cizaña! –le dio a Calderón un golpe en el hombro– Pero sí puedes evitar que vuelva a suceder en un futuro –se dirigió ahora a Armando.

A: Cómo, ¿ah? –se levantó y les miró desesperado– ¿Cómo lo hago? Si prácticamente me ha dicho que yo no pinto nada en su vida…

C: ¡Sí pintas! Pintas mucho... –se levantó también– Pero tienes que dar con la llave de su corazón.

MC: Igual preguntando a un cerrajero… –volvió a ironizar.

A/C: ¡A callar! –le exigieron.

Lo tuyo es puro teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora