Capítulo X

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“LO TUYO ES PURO TEATRO”🎭

CAPÍTULO X: “Una enfermera sexy, una visita al taller y un aprendiz de loco”

AUTORÍA: Patricia Jiménez

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“¿Que es amor, sino la locura de la amistad?”

François-René de Chateaubriand (político y escritor francés).

Armando se encontraba profundamente dormido. Una enfermera le había administrado un potente sedante para que pudiese descansar. Betty se encontraba a su lado; sólo abandonaba la habitación cuando los médicos se lo pedían para poder revisarle.
Se imaginaba que sus papás habrían encontrado ya la nota; tal vez debería llamar a casa para decirles que esa noche tampoco iría a dormir.

B: ¿Mamá? –llamaba desde un teléfono público.

DJ: ¡Bettica, mi amor! ¿Qué es lo que ha pasado? Encontré su notita…

B: Que Don Armando tuvo un accidente, mamá…

DJ: Pero, ¿está bien?

B: Depende de lo que se entienda por estar bien… –dijo sin muchos ánimos.

DJ: ¡Ay, Dios mío! –se santiguó– Y, ¿cómo se enteró usted?

B: Porque Doña Camila fue a verme a la casa para hablar conmigo. Y la avisaron de lo que había ocurrido. Por cierto… ¿me puede traer ropa limpia para mañana y algunas cosas de aseo personal? Voy a pasar la noche acá…

DJ: ¿Otra vez? ¡Pero su papá se va a poner hecho una furia, hija!

B: ¡Me importa un comino cómo se ponga mi papá! –hablaba tan alto que la gente que estaba alrededor se giró para mirarla– Perdón… –suavizó su tono de voz– Usted tráigame algo de ropa, por favor… Estamos en la Clínica Bogotá; en la habitación 617. Si no recuerda el número pregunte por Armando Mendoza en la Recepción.

DJ: Está bien, hija… Ya veré yo cómo manejo al cansón de su papá… En un ratico nos vemos.

Betty colgó y se dispuso a volver a la habitación; por el camino se encontró con Don Roberto y Doña Margarita. Ambos parecían enfadados y desesperados.

DR: Buenas tardes, Beatriz… –la saludó con desgana– Ya veo que está usted también aquí. A ver al tarado que trajimos a este mundo…

B: Hola, señor… –se sorprendió al oírle hablar así. Sabía que desde la fatídica Junta, la imagen de Armando había quedado reducida a cenizas ante su papá; pero ahora tenían que aparcar todo aquello– ¿Cómo está, Doña Margarita?

DM: He estado mejor… –fue lo único que dijo.
Los tres se dirigieron a la habitación. Justo frente a la puerta 617 se encontraban Camila y Mario con unos desconocidos.

C: ¡Papá! –se abrazó a Don Roberto– Están aquí los agentes de los seguros. Armando está en un buen lío.

DR: Eso ya lo sabía, hija…

Los dos agentes se acercaron hasta él.

A1: Buenos días, señor Mendoza –le tendió la mano– Yo soy José Antonio Villegas y el es mi compañero, Miguel Suárez. Yo soy el agente del seguro de su hijo. Y él es el agente del seguro de la familia contra la que su hijo colisionó.

DR: Encantado... –le tendió la mano a Miguel Suárez también– Ya me imagino que se lavarán las manos de todo esto.

JA: No podemos hacer otra cosa, señor. Con las pruebas que hay contra su hijo, es evidente que poco podemos hacer. El parte de lesiones de la otra parte es desgarrador…

Lo tuyo es puro teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora