Lo tuyo es puro teatro

Capítulo Final

“LO TUYO ES PURO TEATRO”

CAPÍTULO FINAL: “Un novio a prueba, una reunión de chicas y una noche de rojo pasión”

AUTORIA: Patricia Jiménez

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“El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera; jamás se irrita. Nunca se venga”

(Indira Gandhi, política india)

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Pasaron varias semanas y Armando comenzó a preparar con ilusión la boda. Habló con el sacerdote que le bautizó cuando nació para que les casase cuanto antes. Betty estaba apabullada con la rapidez con la que había podido organizarlo todo. Claro que no sería una boda grandiosa como deseaba Doña Margarita para su hijo. No habría banquete ni baile. Tan sólo celebrarían con champange cuando terminase la ceremonia.

Armando no quería el matrimonio espectacular que su mamá le habría querido organizar. Recordaba que cuando estuvo a punto de casarse con Marcela, no hacía otra cosa que hablar de los preparativos: flores, trajes, invitados, celebración, comida, baile, orquesta, regalos como recordatorios para los invitados, entrega de regalos, etc. Más que una boda, parecía la coronación de un rey…

Doña Margarita quiso que el vestido de Betty fuese algo ostentoso; pero su hijo también se negó en ese aspecto. Su amada le había comentado que el traje que su futura suegra quería que luciera era demasiado extravagante para ella. Y, por eso, cuando Hugo regresó de viaje, le pidieron que diseñase un vestido acorde a los gustos de Betty y a su personalidad.
Hugo estaba horrorizado. No recordaba haber creado un vestido tan “simplón”, como él mismo lo calificaba.

H: ¡Esto es un trozo de tela atado al cuerpo! –le comentaba a Inesita– No debería ni catalogarse como vestido de novia. Es más… ¡no debería ni catalogarse como vestido! Las horrorosas del cuartel tienen trapos más elegantes que esto…

I: Ya, Don Hugo… –daba puntadas de costura en el vestido– A usted se le paga para esto. Saber perfectamente que el cliente es el que manda…

H: Claro… ¡Si es que es perfecto para el moscorrofio ese! –ironizó.

I: Va a estar tan bonita con él… –ya se lo imaginaba – Y además, el doctor Armando nos pidió que nos ciñéramos a lo que Betty deseaba…

H: ¡Ay, esa es otra! –se quejaba de nuevo, poniéndose una cinta métrica alrededor del cuello– ¡Es que ese imbécil sólo ve por los ojos de ella! ¿Qué fue lo que le dio? ¿Le habrá hechizado con pócimas de bruja fea? Si la Betty esa le pide que se lance de un puente abajo, él se lanza con los ojos cerrados…

Inesita simplemente se reía ante las ocurrencias y exageraciones del diseñador. Armando simplemente estaba enamoradísimo de Beatriz y lo que quería era consentirla y complacerla en todo. Era su niña mimada. Todos habían visto los mimos y cariños que la prodigaba día a día en la oficina.

Betty estaba trabajando en Presidencia cuando su teléfono comenzó a sonar de forma insistente. Dejó lo que estaba haciendo para atender la llamada.

B: ¿Aló?

CA: ¡Betty! Soy Catalina Ángel

B: ¡Doña Catalina! –se alegró de oírla– ¿Cómo está?

CA: ¡Muy bien! Pero creo que usted está mejor. ¡Felicidades! Ya me llamó Armando ayer y me contó sobre la inminente boda. Me dijo que ya me daría la invitación personalmente y en mano.

B: ¡Sí! –sonrió– Estoy tan contenta… Pero es él quien se está encargando de casi todos los preparativos del matrimonio. Yo tengo mucho trabajo y apenas tengo ni tiempo libre… Le ayudo en lo que puedo