Capítulo XII

294 29 7
                                    

“LO TUYO ES PURO TEATRO”🎭

CAPÍTULO XII: “Una interpretación magistral, una chica de anuncio y una “Peliteñida” metida en un jardín.”

AUTORÍA: Patricia Jiménez

()()()()()()()()()()()()()()()()

“Renunciar a mi pasión es como desgarrar con mis uñas una parte viva de mi corazón”.

(Gabriele d’Annunzio -novelista, poeta, dramaturgo, político y militar italiano).

“Doble Johnny” aparcó su carro frente al edificio de Armando y llamó al timbre. Elías ya lo conocía y lo dejó pasar. Subió hasta el apartamento, donde le recibió Betty.

J: Betty, my love! How are you? –la abrazó.

B: Hola, John. Estoy muy bien. Y, ¿usted? –le sonrió.

J: Very good! Aunque estaría mejor si me hubiese contado que entre Armando y usted había algo… –levantaba las cejas y la miraba con picardía.

Betty se sonrojó de la pena; y se tapó la boca para que “Doble Johnny” no viese cómo se reía.

B: Prefiero no hablar de eso ahora…

Armando apareció caminando por el corredor, mientras cojeaba. Notaba algo de mejoría y podía andar con un poco más de soltura.

A: Buenas tardes, John…

J: Oh, my Romeo… –le abrazó también– ¿Cómo van esas fracturas?

A: Mejorando cada día, gracias a los cuidados de Beatriz –la miró con inconmensurable amor.

J: This is good! –dio una palmada –Well… Vengo para ayudarle a fingir un trastorno. ¿Hizo las tareas que le pedí? Did you looking for information about it in Internet?

B: Sí, estuvimos leyendo unos artículos. Pero la verdad es que no sé cómo lo va a hacer… No creo que a los psiquiatras se les engañe tan fácilmente… ¡Ellos son profesionales! –le miraba dudando de la táctica del abogado.

J: Huy, si yo le contara… –sonrió– Hay gente que lo puede llegar a fingir muy bien. Y este chico tiene talento para aparentar lo que no es…

Armando y John se sentaron en el sofá, mientras Betty se fue a preparar algo de café a la cocina. Esperaron a que ella volviese.

J: Bien… Beatriz, this is very, very important… Usted debe acompañar a Armando a ver al psiquiatra –dio un sorbo de café.

B: ¿Por qué es tan importante? –preguntó; sostenía una taza entre sus manos– Pensaba acompañarle de todos modos.

J: Porque necesita a alguien que hable en su nombre. Se supone que una persona que sufre trastorno delirante necesita de otro individuo que le recree de forma objetiva y desde fuera la situación al psiquiatra. Para que se haga una idea de su comportamiento.

Armando estaba pensativo; su gesto se iba tornando cada vez más y más serio. Hasta que de pronto se percató de algo.

A: Pero si creen que sufro un trastorno me incapacitarán… ¡Y me asignarán un tutor legal! ¡Alguien ejercerá una tutela sobre mí! –se señalaba a sí mismo.

J: This is unavoidable, Armando… –se encogió de hombres.

B: Tú elegiste esta opción, Armando. El abogado te dijo que podías sobornar al psiquiatra. Pero preferiste jugar a los locos… –le regañó.

A: Ay, Dios mío… –se imagina a su papá o a su mamá como tutores legales.

J: De todas formas, no podemos adelantarnos a todo… Vayamos step by step… Lo que tiene que hacer es encontrar una creencia.

Lo tuyo es puro teatro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora