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Desperté pero esta vez en una habitación. Un brazo estaba rodeando mi cintura y al captar su aroma una sonrisa se formó en mí rostro.
Seth estaba dormido a mi lado, de sus labios salían suaves ronquidos y su respiración era lenta. Una pequeña risa salió de mí y él abrió sus ojos.
—Maya estás despierta por fin—Seth me abrazó sin esperar más tiempo y escondió su cabeza en mi cuello.
—Me alegra verte Seth—dije feliz de verlo, Seth salió de su escondite y fue cuando noté lo cerca que estábamos.
Seth trató de darme espacio pero mis manos se aferraron a su espalda para empujarlo hacia mí. Sin esperar más, nuestros labios se conectaron.
Los labios de Seth eran cálidos y suaves, cubrían a la perfección los míos y mis dientes alcanzaron su labio inferior para dar un pequeño mordisco. Un carraspeo nos hizo separarnos y Paul nos observaba desde el marco de la puerta con Cassie sosteniendo una bandeja de comida.
—No te golpeare por salvar a Maya, pero deja que mi hermana respire—advirtió Paul y su chica avanzó con nosotros
—Me alegra ver que ambos están bien—Cassie no se espero y nos abrazo a ambos siendo correspondida
—Gracias Cassie.
—Coman. Luego bajen. La manada quiere verlos—dijo Cassie antes de llevarse a Paul a rastras.
Fue cuando reconocí el lugar, estábamos en la habitación de huéspedes de la casa de Sam y Emily. Mis mejillas se sonrojaron imaginando las constantes bromas que nos lanzarían una vez estuviéramos con ellos.
—Ay no puede ser—susurré avergonzada y Seth se rió para comenzar a darme pequeños besos por mi rostro
—¡Seth controlate, no seré amable de nuevo!—el gritó de Paul y las risas de la manada provocó que mis nervios se alterararan.
—Vamos come, debes estar hambrienta—dijo Seth tomando una cuchara de la sopa para darme.
—Tengo manos Seth.
—Lo sé, pero no quiero que te esfuerces.—Sonreí ante su cuidado y deje que me consintiera.
Al terminar decidimos bajar, Seth vigilaba mis pasos en las escaleras para que no hubiera algún accidente.
—Maya que alegría verte—las chicas me abrazon con sumo cuidado pero con mucho cuidado de no lastimarme.
Emily me guió a un asiento empujando a Jared de él, quien iba a quejarse pero con la mirada de Kim se cayó. Le saque la lengua en señal de burla.
Estábamos riendo y pasando el rato, nadie tocaba el tema de Evan y lo agradecía. No quería hablar.
—¿Jasmine?—preguntó Aurora antes de que la pelirroja entrará corriendo a la casa
—¿Qué sucede Jas?—Emma se le acercó nerviosa
—Se fue.
—¿Qué?
—Él se fue.
Nadie entendía lo que estaba pasando, Brady decidió hablar mientras abrazaba con fuerza a su hermana.
—Jacob se marchó.
El silencio domino el lugar, ni una mosca se sentía. Suspiré, un problema tras otro parecía ser el día a día de la manada Quileute.
<<¡DEMONIOS!>>
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