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Maratón 1/3
Sam trataba de que fuera a la casa de su prometida Emily Young, lugar donde toda la manada usualmente se reunía para pasar el rato o bien organizar guardias. Pero no me sentía lista para ser definitivamente una miembro de su manada, así que Sam estaba siendo algo dulce al respetar mi decisión.
Unos toques en la puerta principal me desconcertaron, Paul no ha llegado a casa desde nuestra última pelea y hasta donde sabía, se quedaba en casa de Cassie.
Al oler cierto aroma mi loba comenzó a inquietarse, sabía muy bien que era el dueño de ese especial aroma.
—¿Seth, qué haces aquí?—pregunté en cuánto abrí la puerta y el chico de rasgos asiáticos me sonreía
—Maya hola—Seth ignoró mi pregunta y me mostró unos panecillos.—Mi madre los cocino para tí, no me dejo entrar a la cocina, temía que quemará la casa.
—Gracias pero ¿por qué?—tome los panecillos y los abrí para comenzar a comer uno
Paul era quien cocinaba en esta casa y sin él casi no me estaba alimentando, eso y que termine todo alimento que existía en la cocina, debía ir al supermercado porque desde que me convertí en loba he estado comiendo la misma de comida que Paul.
Esta pobre casa ya no soportaba a dos lobos temperamentales y hambrientos.
—Mamá se alegró al oír que eres mi impronta—Seth dijo alegremente y yo me atoré con el panecillo.—Voy por agua—Seth se preocupó haciéndome a un lado para entrar en casa e ir a la cocina
—N.no no es necesario
<<¡Si que lo era!>>
—Ten bebe tranquila—Seth me entregó un vaso y rápidamente lo bebí, sintiendo que me liberaba del panecillo asesino. —¿Mejor?
Asentí y le sonreí un poco
—Gracias.
—Maya escucha yo....
—Seth honestamente por el momento no quiero saber nada del tema, es incómodo tan sólo quiero estar tranquila sin pensar en todo ese loco mundo sobrenatural. —el chico pareció entender mi petición.
Por un momento, creí que Seth se enfadaría pero al contrario, una idea pareció cruzar su mente antes de darme una gran sonrisa, tuve que controlar a mi loba interior quien tan solo tenía ganas de saltarle encima.
—Ven conmigo, tengo una idea—el Clearwater tomó mi mano para sacarme de casa sin siquiera esperar mi respuesta
—¿A dónde vamos?
—Es una sorpresa—Seth sonrió para adentrarse al bosque—Quédate aquí—fruncí el ceño en confusión ante su advertencia para ver como el chico se alejaba unos metros de mí para convertirse en lobo
