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Maratón 2/3
He estado pasando mucho más tiempo con Seth, no había día ni hora que ambos estuviéramos juntos. Incluso me ánimo a acercarme más a la manada y Sam comenzó a introducirme en las patrullas.
—Honestamente lo peor de este mundo no son los vampiros sino las eternas patrullas sin sentido—dije en cuánto entre por mi ventana para echarme a mi cama, Seth se rió
—Voy a la cocina por algo de comer—Seth salió de mi habitación
Estaba quedándome dormida cuando el chico Clearwater entró a mi habitación con cinco platos que contenían muchos sándwiches.
—Sam dice que la manada irá a la playa así que nos quiere ver allá.
Suspire
Ese alfa no dejaba estar a solas por ningún motivo, ya comenzaba a pensar que lo hacía a propósito
—La verdad prefiero dormir, recién llegamos después de estar rondando em bosque desde las 00:00AM.
—Lo siento Maya, sino enviara a alguno de los chicos a despertarte. No quieres que Jared te despierte con agua en la cara.
Bufé
<<¡Tan sólo quiero descansar!>>
—Okey ya que, no hay de otra. ¿A qué hora debemos estar allá?
—Ahora—gemí de cansancio antes de levantarme de la cama y sentarme en la cama, examinando mi existencia.
—Okey vamos—fui al baño a lavarme la cara y así despertar un poco.
Las guardias eran cansadoras y aburridas, Seth me explicó los motivos de Sam para instruirlas, pero ya habían pasado dos semanas y yo aún ni siquiera había logrado ver a algún vampiro.
Con Seth nos dirigimos a la playa caminando, por nuestra condición de lobos no nos cansabamos a diferencia de los humanos.
—¿Ya viste? Es Maya Lahote—
—Vaya al parecer entró al grupo de Sam Uley—
—Diablos que patética—
—Seguramente lo hizo para tratar de follarse de una vez a Seth Clearwater—
Los susurros de nuestros compañeros de clases que se encontraban pasando el rato comiendo hamburguesas me hicieron enojar, pero más me sorprendió ver a Seth enfadado. Él nunca se enojaba por algo.
—¡¿Qué fue lo que dijeron?!—Seth trató de acercarse a ellos pero lo detuve
—Tranquilo Seth, sólo ignorarlos, se nota que no tienen mejores cosas que hacer—el toque de mi mano posada en su pecho lo tranquilizo
