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~ Seth Clearwater POV ~
Mi vida dió un giro hace un par de semanas atrás, con la muerte repentina de mi padre, mi transformación de humano a cambiaformas junto a mi hermana; La verdad sobre la familia Cullen y la existencia de vampiros.
Al parecer todo los cuentos y cómics de terror que me gustaban leer, tenían algo de verdad.
Sí para mí está a siendo algo difícil acostumbrarme, no me imaginaba lo agobiante que era para Leah.
Su ex prometido era su alfa, a quién tenías que obedecer si o si, después de todo, las órdenes de alfa se obedecen quieras o no. Junto a ello, su impronta era su prima y ex mejor amiga, Emily Young.
Ver a esos dos juntos y entender "por fin" como fueron las cosas, creo que lo hacía más doloroso para Leah.
Todos nos sentíamos incómodos con el triángulo amoroso conflictivo, como lo llamaba Paul Lahote y Jared Cameron; Sí puedo decir, que en el fondo me molestaba que le echaran la culpa a mi hermana, porque después de todo Leah es mi familia de sangre y siempre voy a quererla.
—Hola por fin vinieron, creí que ya no pasarían por aquí—saludó Emily a la chica rubia, impronta de Paul Lahote.
—Si lo siento, estuve algo...ocupada—pude oler su mentira y aunque no fuera por el olfato de lobo, la chica era pésima mentirosa.
—No te culpes cariño, la culpa es de cierta loba amargada—se burló Paul diendo una gran directa/indirecta para mí hermana.
Leah, quien estaba sentada a mi lado solo gruñó con su mirada en el panecillo.
—Paul deja a Leah en paz—lo regañó Cassie y mi hermana bufó antes de salir.
Pude ver como Sam iba a ir detrás de ella pero Emily lo detuvo.
—Dale tiempo para procesar—sugirió y Sam asintió.
Hice una mueca de incomodidad y tristeza. Que hermano no iba a sentirse así, cuando la mayoría de hombres presentes aquí eran fastidiosos con ella.
No digo que Leah no se merecía cierto trato de descortesía, pero ¡Por Dios!
<<Deberían de tratar de entenderla, estoy seguro sí ellos estuvieran en sus zapatos, no tendrían el valor suficiente que ha tenido Leah>>
Con ese pensamiento preferí levantarme de mi silla, mi alfa me observó en busca de alguna explicación.
Si quería salir de aquí debía buscar alguna excusa y rápido.
—Mamá me dijo que debo avanzar con mi tarea antes de volver al instituto.—comenté y él asintió
—De acuerdo, pero hoy en la noche haremos guardia, tienes que empezar a conocer el bosque incluso de noche—avisó y yo asentí.
Me despedí de todos de una forma rápida antes de salir de allí, con las manos en los bolsillos delanteros caminaba por la reserva.
Ví algunos niños pequeños, que no eran de la zona por lo que supuse eran turistas. Corriendo por la playa mientras sus padres no le quitaban el ojo de encima.
Suspire
El recuerdo de mi padre, observándome desde la arena mientras yo jugaba armando castillos en la orilla del mar.
Un nudo se formó en mí garganta ante ese recuerdo, los recuerdos de mi padre siempre presionaban mi corazón, le encantaba echar sal en la herida.
<<Vamos Seth cálmate>>
No puedo mentir diciendo, que me desagradaba ser parte de la manada, por supuesto que no, era algo grandioso. Sin embargo, que mi hermana Leah se sintiera miserable todo el tiempo y poder experimentar esos sentimientos, y que aún así los idiotas no podían simplemente sentir algo de empatía por ella, eso lo odiaba.
—Deseo más que nada en el mundo, que mi hermana dejara de sentirse miserable—susurré observando el mar
Quizás, una imprimación podría disipar ese dolor o tal vez reemplazarlo, con uno más fuerte y valioso. Deseaba que Leah más temprano que tarde, se imprimara en alguien más.
Ella se merece ser feliz, más que todos en la manada.
Enserió, en lo personal admiraba mucho a mi hermana, su fortaleza de asumir su nuevo rol, como cambiaformas Quileute y junto a ello, aceptar la historia de tu ex, de cómo enserio fueron las cosas.
—Por favor papá, haz que Leah encuentre a su imprimación muy pronto—suspiré observando el cielo.
Después de estar unos minutos más, y antes de que unas extranjeras, quienes al parecer 《Me encontraban muy guapo》, preferí marcharme a mi casa, antes de que se me acercaran o alguno de la manada se diera cuenta que mentí a Sam.
Si esas chicas supieran que sólo tenía 15 años y no 18 años como aparentaba, por mi gran altura y musculatura, que obtuve con mi primera transformación, creo que se desmayarían.
—Que mal, ya se va—escuché sus susurros
Mis mejillas se sonrojaron y traté de buscar alguna salida, sus pasos trataron de seguir los míos apresurados por salir de la playa. A lo lejos, noté como Embry, Jacob y Quil se acercaban a la playa, pero ellos no habían notado mi presencia.
Mierda.
Preferí ir por el bosque, suplicaba que las chicas no fueran tan estúpidas como para seguir a un chico desconocido en el bosque. Por suerte tuve razón, las chicas solo soltaron pequeñas quejas antes de irse.
Suspire complacido y preferí trotar hacia mi casa, haciendo horas para la noche y experimentar mi primera guardia.
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