¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~ Seth Clearwater POV ~
Mi lobo estaba destrozado, herido y apenado; Me odiaba por haber dejado a solas a Maya, y ahora por mi irresponsabilidad ella se había ido. La quitaron de mi lado, su hermano Paul estaba de igual manera de roto que yo.
—Seth come algo por favor—dijo Leah con un tenedor cerca de mi boca, corrí la cara ignorando que mi estómago exigía que comiera algo.
—No quiero.
—Seth.
—¡Ella está allá. Sola! Seguramente que...Me necesita y no estoy con ella.—mi corazón se apretó contra la imagen mental de Maya asustada
—Es por eso que más necesitas estar con fuerza, Maya te necesita, no aún débil a alguien que pueda protegerla.—Leah trataba de mostrar que estaba de mi lado, y un Seth consciente podía entender su punto pero no mi lobo.
Él se necesitaba inútil, estúpido, descuidado y un irresponsable. Sabía que el loco de su padre estaba rondando pero aún así se confió. Y estaba pagando, muy duro pero lo justo.
—Seth....—Leah trató de llamarme pero un gran dolor se instaló en mi pecho, pero ese no era específicamente mi dolor, sino de ella; Maya estaba de peligro y me necesitaba.—¿Qué sucede Seth?
—Es Maya, está en peligro.—dije nervioso, como pude me levanté pero al primer segundo que mis pisos tocaron el suelo, provocaron que mi cuerpo se tambaleara.
—¡Seth espera yo te ayudo!—Leah alcanzó a sostener mi cuerpo antes de que tocara el suelo.
Pude escuchar como los pasos de algunos de mis hermanos de manada se apresuraban por subir las escaleras.
—¿Qué pasó?—Sam preguntó al ver lo alterado que me encontraba
—Dice sentir que algo malo le pasa a Maya. —otros pasos apresurados subieron las escaleras
—¿Qué le pasa a Maya? ¡DIME SETH!—Paul entró de forma alterada, sus nervios estaban nerviosos por su hermanita menor.
—Cálmate Paul—le ordenó Sam
—Creo que Maya esta herida.—mi cuerpo por un momento se quedó sin aire y mi peso no aguantó, mi hermana trató de sostenerme pero no pudo, mis rodillas tocaron el suelo y mi respiración comenzaba a fallar.
—¿Seth? ¡Seth!—los gritos asustados de Leah y sus brazos comenzaron a zamarrearme; Mi visión se volvió completamente negro.
Estaba en una especie de trance, noreconocía el lugar pero al tratar de levantarme mi cabeza chocó con un gran hocico. Mis ojos se abrieron de golpe al ver a mi lobo observándome.