Capitulo Final
Niño bonitoLos días eran fríos, el invierno había llegado a California, y el blanco manto cubria el suelo y los autos que no eran protegidos por algún garaje.
En su cama, con una cobija caliente y un chocolate, Daniel LaRusso descansaba tratando de dejar de pensar en todo lo que le hacía mal en su corazón. Se sentía aburrido desde que no tenía ningún lugar al que ir, era como estar en la prisión, o como si se tratara de la princesa encerrada en la torre. En el caso de Daniel se trataba de un adolescente común encerrado en su habitación.
Por un lado al niño bonito le gustaba no tener que desvivirse tratando de llegar a la escuela con el inmenso frío, su bicicleta ni siquiera podría cruzar el metro de nieve que alfombraba la calle. Pero era monótono y nada interesante pasarse las horas en el departamento, no había muchas cosas para hacer, más que la tarea y temas que Freddy le pasaba para que no se retrasará en sus estudios. Ni siquiera podía salir afuera, porque no quería pescar un resfriado.
Se levantó de la cama, y dejo la taza caliente en un mueble cercano. Sus pies descalzos sintieron lo helado del suelo, así que rápidamente buscó unos calcetines en su cajón, luego buscó sus pantuflas, con el fin de calentar sus pies. Al no verlas entre el desorden, trató de ver debajo de la cama.
Pero halló en su lugar un suéter gris, que era un poco más grande que los demás, era un suéter de una talla más arriba que la de su pequeño y delgado cuero. Era un suéter que pertenecía a un chico rubio, un rubio que Daniel trataba de sacar de sus pensamientos.
Quería llorar, quería quemar el suéter y hacer una fogata afuera con un bote de basura, solo para divertirse y descargar un poco del coraje que sentía por Johnny Lawrence.
Pero en su lugar, llevó la prenda a su nariz y la olfateó, olía a Johnny. El aroma era seductor, pero más que nada cálido, como un abrazo de si madre o como comer galletas de navidad junto a la hoguera, era algo hogareño, que se sentía familiar, muy dulce y adictivo, era un olor que despertaba a su corazón, y llevaba sus emociones al mayor límite.
Había pasado mucho tiempo debajo de la cama, pero aún conservaba el olor a su dueño, bastante fuerte a decir verdad, Daniel supuso que la razón era que la usó frecuentemente, pues sabía que Johnny acostumbraba a no lavar su ropa y solo usarla aún con sudor y olores, siempre y cuando no pareciera sucia.
Ese día, en especial, era una vez que el niño bonito no creyó que tardarían tanto en la casa del rubio, por lo cual no pensó en llevar algo para abrigarse, tal fue su desdicha al darse cuenta que el tiempo se fue volando, y que esa noche en particular era muy fría. Johnny llevaba aquel suéter gris, trató de prestarle algo para que Daniel se abrigará en su casa, pero el niño bonito lo rechazaba, confiando en que no hacía tanto frío.
Pero era evidente que temblaba por la baja temperatura.
—Te dije que podías elegir algo para que no te estuvieras congelando.— reprochó Johnny, el niño bonito, simplemente apartó la mirada por orgullo —Si me hubieras hecho caso, no estarías sufriendo justo ahora.
—Estoy...bien...no es...para...tanto...— le dijo.
—Dios Daniel, ¿por qué eres tan necio?— era una pregunta real, no era retórica, al rubio realmente le interesaba saber el porque de la actitud tóxica del azabache.
—No...tienes...que estar cuidando siempre...Johnny...
—No pero quiero hacerlo— le respondió, y acto seguido se quitó el suéter y se lo entregó.
Sus marcados bíceps se mostraban gracias a la manga corta de su camisa. Johnny de verdad era un Adonis, y era tan bueno en el sexo como Zeus, pero también quería bonito, era tierno y cariñoso, se preocupaba por él, era atento y si bien podía enojarse con él, sabía controlarse últimamente, era como si fuera la personificación del amor. Esas eran cualidades que Daniel valoraba en Johnny, pues el de cabellos de oro, podría llegar a ser estúpido, infantil, impulsivo, arrogante, superficial y orgulloso con esa característica sonrisa cínica en su cara, pero el niño bonito sabía tratar con ese lado de Johnny, y había aprendido a querer ambas caras del chico Lawrence.
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Pretty Boy (Niño bonito) LawRusso
FanfictionDaniel LawRusso es un chico pobre de Reseda, de diecisiete años, su madre apenas tiene para darles de comer. Para mantener a su madre, Daniel tiene un trabajo por las noches, es un meretriz, un prostituto, pero no para mujeres, Daniel ofrece su tras...