⟨Confesiones⟩

113 12 0
                                    

JiMin había tenido razón al decir que su amigo era un gran cocinero. La comida era la más deliciosa que había probado; mucho mejor que la de ciertos restaurantes que había visitado.

—¿Te gustó?—cuestionó observándome atentamente.

—Sí, me encantó.

—Ah, es un alivio. Estaba tan nervioso que ni siquiera pude disfrutar a gusto mi propia comida. Ya que terminamos...¿Te parece si tenemos esa conversación ahora?

Quería decir que no, quería huir porque ni siquiera sabía que hacer o decir, pero, después de todo para eso estaba ahí.
Suspiré y asentí.

—Bien.

Sonrió y se puso de pie, pidiéndome que lo siguiera.
Nos acercamos al lago y nos sentamos en la orilla. Todo estaba oscuro y solo las pequeñas luces se reflejaban en el agua y nuestras respiraciones rompían el silencio.

—¿Por qué te gusto?—solté tras unos segundos, ya demasiado ansiosa y cansada de esperar.

—También me pregunté eso muchas veces, ¿sabes?—rodé los ojos y él rió. —Ya, sé que tuvimos un inicio muy raro, es decir, eras una chica tan irritante y me arrepentí tanto de encontrarte...todo esa noche fue un desastre—rió nuevamente volviendo sus ojos al agua. —Cuando despertaste fue peor y estaba tan enojado con todo lo que hiciste que quería sacarte de mi casa tan pronto como fuera posible. De verdad, eres como un volcán en erupción que cada que te hablan sueltas maldiciones y gritos; te enfadas tanto que me hizo enfadar a mí también.

—Momento—lo corté, indignada con sus palabras. —No soy alguien que se enoja con facilidad, de hecho es lo contrario, pero contigo era inevitable. Tú eras el problema, no generalices.

Rió, totalmente encantado tras escucharme, y quise golpearlo.

—Okay, supongamos que es así. El hecho es que pensé que nuestro incidente terminaría ahí, pero el universo nos odia y nos hizo encontrarnos muchas veces más después de eso. Me resultó tan divertido y placentero molestarte que lo hacía, sin embargo, después, en el cumpleaños de Wendy, algo cambió. Después de que entendí que había algo más que diversión por lo que continuaba buscándote, después de bailar contigo... descubrí algo. Eras tan bonita y tenías algo que me cautivó sin poder evitarlo. Supuse que tenía que disculparme porque quería seguir viéndote pero ya no usando mis burlas como excusa. Tras todo esto, seguía pensándote, queriendo verte y escucharte y realmente nada tenía sentido para mí, pero entendí que era porque me gustabas. ¿Qué curiosa es la vida, no crees?—sonrió burlón. —Ahora dime tú, ¿qué son esos sentimientos que tienes por mí?

Abrí los ojos con pánico.

—¿Qué dices?

—Dime porqué te gusto.

—¿Qué te hace creer que me siento así por ti?

Soltó una risotada y creo que hasta algunas lágrimas se le escaparon debido a la risa.

—SunSook, vamos, ¿por qué te empeñas en seguir ocultándolo? ¿No recuerdas lo que pasó hace unos días en mi oficina? Tú estuviste allí y estoy seguro de que no fui el único que sintió esa tensión extendiéndose entre nosotros.

El color subió a mi rostro y agradecí de que estuviera lo suficientemente oscuro como para evitar que él lo viera porque probablemente se continuaría burlando de mí.
Era tan molesto.

—¿Vas a negarme que no te soy del todo indiferente?—alzó una de sus cejas y me observó divertido. Ya de nada me servía mentir.

—Bien, es cierto, hay algo respecto a ti que es diferente a un inicio—resoplé. —Te odiaba porque seguías apareciendo ante mí y tu voz molesta me enfurecía, pero, tal como te sucedió a ti, después de encontrarnos varias veces, me di cuenta de que tenías esta tu otra faceta de chico dulce, amable, adorable y malditamente lindo que no pude ignorar. ¡Por Dios! Me haces enloquecer y te odio, porque sí, sí me gustas y ni siquiera sé porqué.

Desvié mi mirada al suelo porque confesarlo así se sentía tan raro y vergonzoso.
Miles de pensamientos en mi cabeza que murieron al instante cuando sentí algo en mi cara que me dejó totalmente estática.
Sus manos frías atraparon mis mejillas y nuestros ojos se encontraron directamente. Su sonrisa suave permaneció en su boca mientras me acomodaba el cabello y, poco después, sus dedos pasaron alrededor del contorno de mi rostro hasta que se detuvo cuando sus ojos bajaron a mis labios.

—¿Para qué continuar postergando lo inevitable?

Perdí la capacidad de respirar cuando lo ví acercarse hasta que disminuyó la poca distancia entre nosotros y sus labios se encontraron con los míos. Me sorprendí, pero tras unos segundos le correspondí y mis manos fueron a parar a la parte posterior de su cabeza, queriendo no soltarlo.
Era un beso que tanto había esperado y que había llegado de forma perfecta, haciéndome perder cualquier pensamiento y trayendo un extraño poder a mi interior. Mis sentidos se perdieron y apenas fui capaz de percibir ligeramente el aroma a manzanas que flotaba en el aire.
Al diablo todo, me gustaba Park JiMin.
Me gustaba demasiado.

💙💙💙

¡𝚖 𝚊 𝚕 𝚍 𝚒 𝚝 𝚘  𝚢  𝚊 𝚍 𝚘 𝚛 𝚊 𝚋 𝚕 𝚎  𝚓 𝚒 𝚖 𝚒 𝚗 ! [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora