⟨¿Y Jungkook?⟩

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La vida no es sencilla. Cada persona tiene problemas, situaciones y personas que dificultan la existencia.
Yo lo sabía mejor que nadie; mis veintitrés años de vida no habían sido lo que yo hubiese querido.

Después de graduarme tuve que atarme y condenarme a trabajar exhaustivamente para poder sobrevivir.
Tenía que ganar todo el dinero posible para pagar mi carrera.

Todos mis días estaban saturados y cuando llegaba a casa lo único que deseaba era ya no despertar.

En la universidad y el trabajo había conocido muchas personas, sin embargo, había alguien que se había vuelto mi mejor amigo y casi un hermano para mí; Jeon Jungkook.

Había conocido a Jungkook en la universidad.
Él estudiaba ingeniería en sistemas y por azares del destino nos terminamos conociendo.
Prácticamente encajabamos a la perfección; éramos como almas gemelas.

—¡Ah, me siento tan vivo! ¡Esperé tanto por este día!—soltó Jungkook con una amplia sonrisa.

—Yo también—sonreí. —¡Somos libres, Kook!

Nos tomamos de las manos y empezamos a dar vueltas mientras reíamos como locos.
Sí, tal vez lo estábamos un poco.

—¡Se acabó el semestre!—gritó. —Ahora al fin unos días de vacaciones.

—En definitiva me hacen falta.

—Oye, Sun—volteó a verme repentinamente—, ¿quieres ir a dar una vuelta?

—¿Una vuelta? ¿A dónde?—pregunté confundida.

—Bueno...Seokjin dará una fiesta y pensé que sería bueno ir—sonrió levemente.

—¿Seokjin?

—Sí, está en mi clase. Hace unas fiestas increíbles.

—No lo sé, Jungkook...es que–

—Anda, Sun—hizo un puchero mientras tiraba de mi brazo. —Hay que salir a divertirnos.

Su carita de bebé me hacía perder la capacidad para negarme.

—Agh, sabes como manejarme—solté un suspiro. —De acuerdo, vamos a la dichosa fiesta.

Sonrió y empezó a saltar. No parecía que ya tuviera 23 años.

—¡Genial, Sunsook! Te prometo que no me despegaré de tu lado ni un segundo.

—Sí, claro. Lo que digas.

Salimos de la universidad y nos detuvimos para despedirnos.

—¿Paso por ti?—preguntó.

—Obviamente. Ni siquiera sé quien es Seokjin. Menos donde vive.

Rió levemente.

—De acuerdo. ¿A las 7:30?

—Bien.

Me sacudió la mano a forma de despedida e imité el gesto.

Fui hasta la parada de autobuses mientras seguía preguntándome si era buena idea ir a esa fiesta pero la realidad era que mi mente necesitaba distracción.

En la noche, Jungkook llegó puntual a mi casa.

—¡Sunsook!

Escuché el grito desde afuera y corrí para salir de la casa.

—Ash, siempre tardas un siglo para salir—se quejó.

—No es cierto—hice un puchero.

—Ah, ya como sea. Entra de una vez.

¡𝚖 𝚊 𝚕 𝚍 𝚒 𝚝 𝚘  𝚢  𝚊 𝚍 𝚘 𝚛 𝚊 𝚋 𝚕 𝚎  𝚓 𝚒 𝚖 𝚒 𝚗 ! [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora