⟨La cita⟩

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—Así que el viernes—susurré viendo mi calendario. Suspiré.

La grandiosa idea de volver a ver a JiMin no estaba resultado tan sencilla como pensé.
Había tenido que recurrir a Wendy para poder contactarlo y para obtener su número había tenido que soportar sus comentarios fuera de lugar y preguntas exhaustivas. Al menos había obtenido su número, pero de nada había servido porque él jamás me respondió. Así, no había tenido otra opción mas que llamar a su trabajo, en donde al menos mi llamada había sido atendida, pero dijeron que el arquitecto Park tenía mucho trabajo y con esfuerzo había logrado obtener una cita con él para el viernes.
Eso indicaba que tenía dos días para pensar seriamente en lo que iba a decirle y acabar con la incertidumbre que me estaba volviendo loca.

Mi plan era simple y práctico, o al menos eso estaba intentando creer.
Primero iba a preguntarle directamente la razón de su disculpa y cambio de actitud, después me encargaría, según lo que respondiera a la primera pregunta, de cuestionar cualquier otra cosa al respecto para sacar más información y, por último, analizaría si era prudente decirle mis pensamientos sobre él o mas bien huir tontamente antes de sentirme avergonzada.

Tras hablar con HoSeok había continuado atormentándome con mis pensamientos, sobre todo al intentar descifrar si realmente me gustaba Park JiMin.
Me dolió la cabeza de tanto darle vueltas, así que lo que me resultó más sencillo fue aceptar que quizá si tenía, al menos un poco, de sentimientos un tanto románticos por él.
Al menos la cabeza había dejado de dolerme, aunque me sentía patética y tonta al aceptar algo así. Debí haberme vuelto loca.

Sacudí mi cabeza intentando dejar el asunto y volver a trabajar, queriendo no pensar en la extraña cita que me esperaba el viernes, sin embargo, todo mi plan se vino abajo al ver mi celular iluminarse con una nueva notificación.
Fruncí el ceño y lo tomé para observar de que se trataba. Mis ojos se abrieron con sorpresa al descubrir un inesperado mensaje.

¿Do SunSook realmente eras tú todo este tiempo? Hubiera contestado las llamadas si lo hubiese sabido; nunca respondo llamadas de números desconocidos, lo siento.
Me sorprendió saber que llamaste para agendar una cita conmigo. ¡¿A qué debo semejante honor para que alguien como tú quiera verme?!
En fin, estaré ansioso por saber a qué se debe nuestra reunión. Nos vemos el viernes ;)
Ah, y gracias, ahora sé cual es tu número. Ya lo agendé así que llámame cuando quieras.

Releí dos o tres veces, demasiado desconcertada. JiMin me había enviado un mensaje y eso solo me hacía sentir más nerviosa.
Me maldije al sentir mi corazón latir acelerado.
Maldito y estúpido JiMin.

*

Los días habían avanzado más rápido de lo que quería y justo frente al edificio de la constructora Baek quise llorar y huir. ¿Por qué estaba haciendo esto?
Había pensado en que podría manejar la situación fácilmente, pero para mi propia sorpresa al bajar del taxi estaba aterrada y mis piernas temblaban haciéndolo evidente. ¿Desde cuándo Park JiMin tenía esa clase de efectos sobre mí?
Me obligué a respirar y caminar en cuanto observé la hora y me di cuenta de que iba tarde.

Atravesé la recepción ante miradas curiosas y estudiosas, para luego subir hasta el cuarto piso donde dijeron que quedaba la oficina del arquitecto Park.
Visitarlo en su trabajo no era muy agradable, sobre todo por la cantidad de personas que me observaban a medida que caminaba por la empresa, pero al parecer no tenía otra opción al ser él un chico demasiado ocupado.

Llegué al cuarto piso y me quedé paralizada a causa de los nervios algunos segundos, todo hasta que una chica que estaba sentada detrás del escritorio fuera de la oficina posó sus ojos en mí.

—Eh...¿Puedo ayudarle en algo?—me preguntó viéndome con extrañeza.

Parpadeé con rapidez, apenas volviendo a la realidad, e intenté sonreír para acercarme a ella.

—Hola, sí, tengo una cita con Park JiMin.

—¿Cuál es su nombre?

—Do SunSook.

Ella revisó en la agenda que tenía a su lado y tras algunos segundos sonrió hacia mí.

—Claro, deme un segundo, por favor.

Asentí y ella se levantó para dar unos leves golpes en la puerta de la oficina y luego entró.
Cerré los ojos, estaba muriendo de los nervios.
Abrí los ojos abruptamente al escuchar la puerta abrirse. Mi respiración se detuvo por un segundo al ver a JiMin asomarse. ¡Por Dios, Park JiMin en traje! ¡Eso era como atentar contra mi vida; un nivel nunca antes visto de belleza!
Si ya antes él era lindo, ahora era algo superior.
Me quedé sin habla.

—¡SunSook!—su sonrisa de autosuficiencia apareció. —No sabes cuanto te esperaba. Entra, por favor.

Se hizo a un lado, aún con esa sonrisita molesta en sus labios.
Lo observé atentamente y empecé a caminar para entrar.
Era hora de empezar con esta extraña situación.



💙💙💙

¡𝚖 𝚊 𝚕 𝚍 𝚒 𝚝 𝚘  𝚢  𝚊 𝚍 𝚘 𝚛 𝚊 𝚋 𝚕 𝚎  𝚓 𝚒 𝚖 𝚒 𝚗 ! [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora