Al entrar, vi botellas de cerveza y envolturas de comida en el suelo. Era un desastre su casa pero igual me lo esperaba, el nunca había sido muy ordenado.
-Hoy si quieres puedes dormir en mi habitación, en lo que te preparo la otra-habló mientras yo miraba con asco la casa.
-Sí, está bien-respondí.
-A y cámbiate que en medio hora tenemos que estar en lo de los Larusso.
-Quienes son "Los Larusso"-pregunté confundida.
-¿Te acuerdas del tipo que casi me deja sin nariz?
-Sí.
-Bueno ahora entrenamos a chicos para el torneo de karate del Valle juntos.
-Eso si que es raro, pero bueno. En 5 estoy-dije mientras me dirigía a agarrar ropa de mis maletas.
...
Tocamos el timbre y nos recibió una chica muy linda con ojos azules.
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-Hola, soy Sam-se presentó al verme.
-Hola, soy _____-respondí amablemente.
-Hola, Johnny-dijo un señor de la misma edad de mi papá que parecía ser el señor Larusso.
Cuando pasamos a la casa me quede parada mientras todos se saludaban, cuando de pronto lo vi a el, el chico del bus. El no me notó hasta que en un momento hicimos contacto visual por 6 segundos.
-_____, el es uno de mis hijos Anthony-dijo el señor Larusso.
-Hola, Anthony-respondí seca y luego lo miré.
-Tienen la misma edad así que se podrían llevar bien-opinó Johnny.
Cuando Johnny dijo las ultimas palabras hubo un silencio incomodo que lo rompió Amanda la esposa de Daniel Larusso.
Cuando estábamos comiendo con Anthony solo nos tirábamos miradas ya que era incomodo porque se podría decir que no teníamos la mejor relación desde que le grité en frente de todos en el bus.
-Ma, ya terminé, ¿me puedo levantar?-preguntó Anthony cuando terminó de comer.
-Claro, pero si _____ quiere pueden ir a tu habitación y le enseñas como jugar algunos videojuegos.
-Por mi no hay drama-proseguí a decir.
Anthony revoloteo los ojos y me llevó a su habitación.
Al entrar Anthony se sentó en su cama y agarró su celular, mientras yo me sentaba en el suelo.
-Y, ¿Quieres hacer algo?-pregunté para romper el hielo.
-No sé, dímelo tu.
Al ver que no me daba importancia me levanté del suelo y agarré su celular.
-¿Oye que haces?-gritó luego de que le sacara el celular.
Después el se paró e intento quitarme su celular de la mano mientras yo estiraba mi brazo. Al ver que yo no se lo devolví empezó a empujarme y en ese intento se calló encima mío. Al reaccionar, me levanté empujándolo a otro lado del piso y le di su celular. Para después salir por la puerta de la habitación apenada por lo secedido.
