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Inuyasha de pronto se encontraba en una sala extraña, había sido separado de Miroku y Shippo hace unos instantes. Esta situación lo ponía demasiado incómodo y ansioso, ¿Por qué esa niña se tenía que obsesionar con el así? Bendita niña castrosa.

Sintió el aroma del perfume, era esas lociones que había visto en tiendas de aldeas que anteriormente habían visitado, giro su mirada y vio a la muchacha caminar a su dirección.

—¡Perdón la tardanza! Tenían que curarme de mis golpes y además que estaba indecisa en que ponerme. ¿Me veo bien?

La princesa tenia un kimono digno de su título y todo, pero eso no le interesaba a Inuyasha.

—Niña escucha-

—¡Tu atuendo está genial! ¡Hasta podrían pensar que tienes algún título bajo tu mando!

Y otra vez, no lo deja hablar, esta niña le está colmando la paciencia. Podía claramente escuchar que del otro lado de la sala, había mucha, demasiada gente y... no le gustaba ese tipo de ambiente. Quizás podría soportarlo, pero no sabe por cuanto.

—¡Vamos Inuyasha!—la joven lo agarro del ante brazo y empezaron a caminar por el pasillo. Inuyasha estaba tenso ante el agarre, maldita sea—¡No te preocupes! Solo es una cena y además de eso la presentación de que eres mi futuro-

—Yo no quiero ser tu compañero, princesa.

Hubo silencio, la muchacha se quedó mirando al frente de la puerta donde se habían detenido. Inuyasha apenas pudo oler el olor salado de las lágrimas se la niña, aunque mucho a su pesar no le gusta ver a mujeres llorar, no podía hacer nada al respecto. Era ella quien no quería escucharla.

—No tengo nada en contra de ti, solo que no deseó esto y no quiero ser nada de ti de esa manera. Solo aclara las cosas y terminamos esto.

—No entiendes...—Hablo la princesa, con una voz muy baja sino fuera por la audición que tiene, no la habría escuchado.

—¿No entiendo que? —Cuestionó casi rugiendo cada palabra—Que de pronto de la nada quieras hacer esto. Ni siquiera preguntaste que opinaba, solo arrojaste tus palabras sin que yo pudiera decir algo.

La princesa lo observó con sorpresa en su mirada, Inuyasha no entendía porque ella dio esa expresión. Como si hubiera descubierto algo.

La conversación no continuó porque escucho del otro lado como ya los iban a presentar y las puertas se abrieron. Inuyasha no pudo fingir la mueca de sus labios al ver a la gente del aldea y los del palacio, vio aquellas muchachas de la servidumbre otra vez. Parecían mirar con odio a la princesa.

Vaya lealtad.

Sintió como el agarre de la princesa se tenso más en su brazo, ¿Qué le sucedía ahora?

『 𝗕𝗢𝗢𝗞 𝟭: 𝖥𝖮𝖱 𝟥 𝖸𝖤𝖠𝖱𝖲 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora