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Estos fueron los tres años en tu espera, teniendo la esperanza de volverte a ver algún día. Sintiéndose vacío por el hecho de que no está a su lado, sin embargo no fueron años exactamente donde solo tuvo estar pendiente a que ella regr...
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Algo lo presionaba, en el pecho, se sentía pesado, intentó abrir los ojos y descubrió que estaba en el agua. Le faltaba la respiración, así que empezó a nadar hasta la superficie. Tomó una gran bocanada de aire cuando pudo tener su cabeza fuera, se fue nadando lo más rápido hasta la orilla, tosió un rato y se quedó un momento así, tratando de regular su respiración.
Hasta que sintió el fuerte dolor en su espalda, gritó casi rasgando sus cuerdas vocales. Había tenido heridas peores, pero esta tenía algo diferente.
—Al final, sigues siendo un mitad demonio...
Levantó su vista buscando quien le hablaba. Pero no veía nada. O mejor dicho, no se estaba dando cuenta de esa sombra detrás suya. Sintió algo y se volteó rápido, pero solo pudo ver el estanque de donde salió.
¿Dónde estaba?
Es aura oscura pasó de nuevo detrás de él, pudo sentir un escalofrío por su espalda. Se volteó nuevamente para atacar con sus garras, pero le dio a la nada.
—Tranquilo, hijo del gran General Perro.
—¿¡Quién mierda eres!?—Le gritó. Empezó a ver por todas partes, su mirada de preocupación fue notorio de inmediato. Mostró sus colmillos mientras gruñia—¿Dónde está?
Shippo no estaba con el, recuerda haberlo tenido en sus brazos antes de que esa sustancia los envolviera.
—No te preocupes, el cachorro debe estar dormido en alguna parte. Soñando con lo que más quiere... también ese monje. Pobre se vio aterrado cuando fue absorbido.
Inuyasha frunció el ceño molesto, por alguna razón, sentía que no mentía. Por una parte agradeció que ellos estuvieran bien, pero algo todavía no le daba buena espina—¿Qué eres...?
—Sólo soy un ser que estuvo completamente aburrido, y por eso ayude a un humano en su agonía—Le contestó sin rodeó.
¿Aburrido?—Enserió esa es... ¿Tú excusa para hacer todo esto? ¿¡Dónde están todos!? Los aldeanos, el comandante... el Príncipe y la princesa.
—Los aldeanos deben estar por ahí, sus sueños no son interesantes. El del comandante, por suerte si lo es... pero la princesa y el príncipe están... en la misma situación que tú. Están despiertos en esta dimensión que he creado. No te preocupes, los demonios y espíritus que invoque ya no están alrededor.
Inuyasha parpadeó un momento. Tenía que buscar a esos chicos—Resultaste demasiado cooperativo en decirme todo esto... ¿Por qué?
—Te lo dije, estoy aburrido. Los humanos son seres frágiles, donde en un dos por tres, sus emociones cambian. Ningún alma es pura, son tran grises... pueden desear algo bueno como algo egoísta. Eso fue lo que le pasó a ese... príncipe.
