➜ ᎒ 05

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Ese mismo día, más tarde, Gustabo se encontraba junto a Pablito en la habitación en la que estaba Horacio con un yeso en la pierna. Al principio, se habían burlado de él, pues había sido el único que había salido disparado del coche y haber sufrido una lesión, pero después se calmaron cuando se dieron cuenta que Horacio se mantenía muy callado.

Gustabo estaba a su lado, en una silla, acariciando su cabello como lo había hecho a lo largo de su vida. Horacio se sentía tranquilo con sus caricias, porque amaba que Gustabo lo tratara de esa manera; su corazón se ablandaba y de pronto comenzaba a tener mucha paz y mucha tranquilidad dentro de él, muy a pesar de las circunstancias en las que estuvieran.

Pero no podía evitar preocuparse cuando miraba el parche que tenía su amigo en la sien; se notaba que le dolía de vez en cuando, porque lo veía hacer muecas disimuladas. Tuvo el impulso de llamar a un enfermero para que le diera a Gustabo algo que le aliviara el dolor, pero dudaba que Gustabo le dejara sin que se enojara por preocuparse por él. Además, los tres habían sufrido consecuencias por el choque con el coche; por lo que tenían que costear los pagos del hospital. Sólo tenían diez euros, dudaba mucho que Pablito tuviera para pagar por los tres.

Estaba avergonzado por los agentes de policía que habían estado en la sala de espera por ellos; pues habían esperado por ellos todo lo que llevaba la madrugada y poca cosa les habían dicho, además de sus veredictos. Ahora, ¿cómo les decían que no debían haberlos llevado al hospital porque no tenían cómo pagarlo? Odiaba ser pobre.

"Gustabo." Llamó a su amigo, zarandeado su mano para llamar la atención de éste. Él, entonces, le dirigió su atención, con sus ojos azules inexpresivos de ese entonces. Gustabo era una persona difícil de leer, pocas veces había logrado adivinar si se encontraba feliz, enojado o triste, pues éste en su mayoría era muy inexpresivo. "Que no tenemos ni un duro para pagar todo esto. ¿Sabes la pasta que será mi yeso y tus puntos?"

Gustabo, aún inexpresivo, frunció levemente el ceño, pensando en alguna posibilidad que tuvieran para salir de deudas sin tener que pagar o trabajar. Ninguna de ellas terminaban bien; todas terminaban con ellos en federal.

Horacio tenía razón; ¿cómo pagaban todo eso? No se lo había preguntado, porque había pensado que iría por parte del estado por ser un accidente de vehículo, pero lo dudaba mucho cuando habían estado bajo los efectos del alcohol. Se irían de ahí con el costo del hospital más las multas que les darían por los daños en la vía pública.

Suspiró y dejó caer su cabeza en el regazo de Horacio, muy cansado ya como para preocuparse otra vez por el tema del dinero; ahora se odiaba por haberle pedido cobijo a Pablito, pues, de no haberlo hecho, Horacio y él habrían de estar en las calles, abrazados por el frío pero sin tener que pagar absolutamente nada.

"Estoy cansado ya de todo esto, tío." Susurró, muy bajito, porque no quería que Pablito se enterara que tenían graves problemas de dinero, pues, conociéndolo, éste se ofrecería a ayudarlos.

En ese momento, la puerta de la habitación fue abierta, pero Gustabo ya estaba muy harto de todo como para abrir los ojos y visualizar al muy probable oficial que había irrumpido en la habitación.

Parado bajo el umbral de la puerta, el comisario Volkov, bajo sus gafas, observaba a los dos individuos tendidos en la camilla; lucían abatidos, muy al contrario con el tipo que estaba sentado en el mueble de la habitación, pues éste se encontraba muy relajado echándose una siesta.

"No pagaré ni una puta multa." Se apresuró a decir el de cabello negro y ojos azules, abriendo los ojos para ver al comisario a unos metros suyos. Le importaba muy poco que éste fuese oficial; si mejor trato tendría en la cárcel que vagando por las calles como había hecho toda su vida. "No se tome la molestia de redactar una porque mi amigo y yo no tenemos dinero para pagarlas. Además, ¿era tan necesario llevarnos al hospital? Yo podría habernos tratado las heridas, sin gastar el montón de pasta que nos pedirán al salir de aquí."

Dulce Hogar | Gustacio. [Ver. Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora