➜ ᎒ Final

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Una semana.

Una semana ha pasado de lo ocurrido y Gustabo no puede sentirse más que lamentable. No ha sabido nada de Conway para ese entonces, porque después de jalar del gatillo y haber recibido un disparo, huyó. Huyó tan lejos lo vio posible, terminando por refugiarse en un lugar donde no había pensado lo más mínimo; y es que se trataba de la organización de The Union.

Habiéndose huido en medio de una tormenta de lluvia, con un disparo en el abdomen, una pistola y pocas ganas de seguir viviendo, se escabulló por todo lugar que vio a su alcance. Con la pierna cojeando y con el dolor infernal en la zona abdominal, terminó desplomándose en un callejón, con la lluvia cayendo encima de él; terminó sollozando en lastimosos espasmos que lo sacudieron alrededor de media hora, donde repetía una y otra vez la misma escena en su mente, donde jalaba el gatillo y Horacio caía de rodillas frente a él, con un disparo que ni siquiera había percibido en dónde.

Para su mala o buena suerte, Evo lo encontró, habiendo estado buscando a Emilio para ese entonces, encontrando a Gustabo tirado en medio de un callejón mientras lloraba, de inmediato lo ayudó. Ha pasado una semana de ello, y Gustabo aún siente que ha ocurrido el día anterior; donde difícilmente aún puede sentir el punzante dolor en su abdomen, del disparo que le había dado Conway.

Conway; Jack Conway, quien había descubierto como padre el día de sus máximas desgracias. Aquel odiado y proclamado superintendente de la ciudad de Los Santos, era su padre, quien lo había abandonado en un pueblo externo, y luego haber aparentado no reconocerlo en lo absoluto; al menos ya se daba una idea del odio que tenía Conway hacia él durante un largo tiempo que ni siquiera quería verlo a la cara; siempre siendo Horacio el que daba la cara por los dos.

Todo era un problema, su vida, en conclusión, siempre había sido un problema. Aunque hubieran huido de El Pueblo por un arranque suyo al matar a un tipejo, habían llegado a la ciudad de Los Santos, con aún más problemas que sobrellevar; terminando él en solitario en la organización donde había estado infiltrándose para darle información a Conway para que éste los dejara en 'paz', tras haber matado a uno de los suyos y haber matado a su compañero.

Recordando a Horacio, suspiró, con los pensamientos carcomiendo su cabeza porque aún no podía asimilar que no se había resistido ante los impulsos de jalar el gatillo. Las voces en su cabeza lo habían incitado, llevándole al borde del abismo en el que no tenía el control absoluto.

Tal vez algo hubiera cambiado si le hubiera dicho a Horacio de aquello, de aquel tema tan complicado que lo llevaba atormentando cuando sentía que no era él mismo, y que era alguien más que lo impulsaba hacer cosas que él no quería, que, si se negaba, perdía el control de todo.

Sin poder remediarlo, miró de soslayo a la pequeña reunión que estaba teniendo The Union, pues casi después de una semana, Diablo no había aparecido, sin haber dado señales de vida el último día que estuvo con ellos en la organización. Nadando junto a Xiaomi debatían, estando en duda del paradero de su amigo; porque no era usual que éste desapareciera de la faz de la tierra sin dar aviso. Al principio, creyeron que se trataría de un tema relacionado al hermano de éste, pero, después de tiempo sin contacto con él, lo descartaron.

Había algo que tal vez Diablo les hubiera dicho pero ellos no parecían recordarlo. Nadando miró a Gustabo, quien lejos de todos miraba a una dirección aleatoria, parecía pensar en algo, mientras movía sus piernas de adelante hacia atrás. Pensó y pensó, pero terminó suspirando para dirigir su atención a Xiaomi, quien a su lado le hablaba a Evo.

Escuchándose unos disparos, se alertaron. Nadando volvió a mirar en dirección de Gustabo, quien, esta vez se había levantado de donde estaba sentado, para ponerse alerta ante los disparos que se habían escuchado.

Dulce Hogar | Gustacio. [Ver. Original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora