Prólogo

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Se sostuvo del lavabo con fuerza, podía sentir como su garganta ardía y sus pulmones agonizaban por la falta de oxígeno. No era la primera vez que ese ataque salvaje de tos llegaba sin avisar, pero jamás había tardado tanto.

Sentía sus ojos llenarse de lágrimas y sus uñas arañando la porcelana blanca, un escalofrío recorrió su cuerpo cuando sintió algo ascender por su garganta, tosió con más fuerza, podía sentir como se desgarraba su garganta mientras aquello desconocido daba un paseo hasta salir por su boca.

Jadeó con fuerza, llenando con desesperación sus pulmones de aire, apretó sus ojos para que el exceso de lágrimas saliera y cuando los abrió observó aquello que había salido de su boca, un pequeño botón de rosa, cubierto de saliva y sangre, lo tomó entre sus dedos y lo observó, tenía un pequeño tallo con diminutas espinas y los pétalos parecían ser de color rojo.

—Debe ser una puta broma — dijo con enojo.

Arrojó con fuerza el pequeño botón al suelo y lo pisó con todo su enojo, se estaba negando, de ninguna manera él podría tener el estúpido Hanahaki, además ¿Qué manera era esa de manifestarse? ¿Dónde estaban los malditos pétalos?

Decidió no pensar más en el asunto, se lavó la cara con fuerza y después de secarse con toallas desechables, salió del baño.

Observó a todos los presentes, parecía que ninguno se había percatado de su ausencia, regresó a su asiento, justo en medio de sus autonombrados amigos.

—¿Todo bien? Tardaste demasiado — preguntó con preocupación el chico pelirrojo.

—¿Qué eres? ¿Mi mamá?— preguntó sin cambiar su semblante serio para después tomar un poco de agua.

Kirishima sonrió, acostumbrado a la actitud de su mejor amigo —Solo me preocupaba — dijo mientras se encogía de hombros.

Katsuki chasqueó la lengua —No necesito tu preocupación —

—Lo sé — contestó casi de inmediato —es solo que la noticia nos tomó desprevenidos a todos y bueno tú... Ya sabes... Midoriya...—

Oh, cierto.

Todos los ex alumnos de la clase 1A estaban reunidos en ese estúpido restaurante elegante, incluso el maldito traidor y el cara de zombie, se suponía que sería solo un reencuentro casual para hablar sobre sus primeros años ejerciendo como héroes, pero ese par de imbéciles le habían arruinado la noche.

Midoriya y Uraraka habían anunciado su recién formado noviazgo, después de tantos años de coquetear, por fin habían dado el primer paso, según palabras de la cara redonda, ella había sido la que decidió dar ese gran salto y ahora ser una pareja oficial.

La prensa había estado especulando al respecto, pero nadie había confirmado nada, al parecer la feliz pareja quería informarle primero a sus adorados ex compañeros de escuela.

Ambos parecían felices, como los tórtolos enamorados que eran y él, bueno, él era el estúpido que había estado enamorado del maldito Deku desde hace años.

Soltó el aire que había estado conteniendo y se puso de pie, captando de inmediato las miradas de todos los presentes, no les tomó importancia y sacó su billetera.

—Debo irme — anunció mientras dejaba un poco más de su pago correspondiente por lo poco que consumió.

—¿Qué? —

—¡Aún es temprano!—

—No puedes irte aún —

Escuchó las protestas de algunos de sus ex compañeros, se suponía que habían planeado esta reunión por meses con la intención de ponerse al día.

—Mañana tengo que patrullar temprano — dijo con seriedad mientras se colocaba su saco.

—Eso es muy responsable, es gratificante saber que cuidas de tu trabajo e imagen — escuchó al cuatro ojos hablar pero ni siquiera le prestó atención.

Buscó con la mirada a la feliz pareja y cuando los visualizó, tomó toda la fuerza dentro de sí para poder hablar.

—Felicidades por su noviazgo —

Y sin más se retiró, sin escuchar las alegres palabras de agradecimiento de la sonrojada castaña o de ver el nerviosismo del peliverde.

Mientras caminaba con dirección a la salida podía sentir como la tos martillaba de nuevo desde su pecho, cuando estuvo lo suficientemente lejos del local, comenzó a toser con fuerza mientras varios pétalos de rosa salían de sus labios, pétalos cubiertos de sangre y saliva.

—Ahí están los malditos — dijo mientras limpiaba sus labios con la manga de su saco.

Hanahaki [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora