VII

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Jugaba con sus manos nerviosamente, miró la hora en el reloj que colgaba de la pared, eran más de las tres de la mañana y aún no tenían noticias del rubio.

No sabe cuanto tiempo estuvo llorando sobre el cuerpo del rubio, tampoco se percató del momento en el que Kirishima y Kaminari entraron al departamento, ambos aún con sus trajes de héroe, sólo recuerda que intentaron alejarlo del rubio y no se los permitió, los amigos de Katsuki no querían que los acompañara a dónde sea que llevarían al rubio, pero cuando se dieron cuenta de que Izuku no estaba dispuesto a separarse del rubio, aceptaron llevarlo con ellos. Movieron al inconsciente rubio hasta el auto que supuso era de Kirishima, el pelirrojo condujo con Kaminari como su copiloto, Izuku estaba sentado en la parte de atrás, cuidando que el cuerpo de Katsuki no se moviera demasiado, estuvieron fuera de ese hospital privado en un parpadeo, afuera ya los esperaban algunos doctores y enfermeros con una camilla, fue el momento en el que Izuku tuve que separarse del rubio, lo único que supo fue que le realizarían una cirugía de emergencia.

Actualmente se encontraba sentado en una sala de espera, frente a él se encontraban sentados Kirishima y Kaminari, eran los únicos en esa sala de espera, nadie decía nada, todos estaban demasiado preocupados como para decir cualquier cosa.

Kaminari se puso de pie y estiró sus brazos hacia arriba, ganándose la mirada curiosa de sus dos acompañantes —Iré por un poco de café — anunció antes de comenzar a caminar y perderse de la vista de ambos chicos.

Ninguno dijo nada, ni siquiera se miraron, Izuku podía sentir una extraña incomodidad en el ambiente, pero no quería darle importancia, sus preocupaciones estaban enfocadas en Katsuki. Los recuerdos de lo sucedido en el departamento del rubio atormentaban su cabeza, él, mejor que nadie, sabía lo fuerte que era Katsuki, pero esa escena que presenció en carne propia lo dejó aterrado, sentía que esta vez de verdad podía perder al rubio.

—Eh... Midoriya — escuchó la voz del pelirrojo.

Izuku dirigió su mirada al pelirrojo y pudo notar como este miraba con sorpresa y un poco de miedo la pantalla de su propio celular.

Enarcó una ceja en confusión —¿Sucede algo?— preguntó curioso.

—Eso creo — dijo con duda en su voz —Tengo una llamada entrante de Uraraka — dijo para después mostrarle la pantalla de su celular al pecoso —¿Tienes idea del por qué?— Uraraka no tenía motivos para llamarlo, hacía años que no se enviaban ni un mensaje.

Izuku sudó frío, había olvidado por completo a la castaña, la cual le había enviado un mensaje que él nunca contestó, él ni siquiera tenía idea de dónde se encontraba su propio teléfono, suponía que había quedado olvidado en alguna parte del piso del departamento de Katsuki.

—Y-Yo creo que olvidé mi teléfono en el departamento de Kacchan, debe de estar preocupada porque no le contesté el último mensaje que me envió — explicó nervioso, se sentía mal por haber olvidado a su novia.

Kirishima hizo una mueca con sus labios, esa situación sería un problema si no sabían cómo manejarla, el teléfono entre sus manos dejó de vibrar, la castaña había colgado.

—Escucha — llamó la atención del pecoso —Tú y yo aún tenemos una plática pendiente —

Izuku tragó saliva, tenía una idea de lo que hablarían, él no era tonto, sabía lo que significaban esas flores que Katsuki vomitó, también se había dado cuenta de que él parecía ser el único presente que no tenía idea de lo que estaba pasando a su al rededor.

Asintió ante lo dicho por Kirishima.

El pelirrojo suspiró —No quiero tener esta charla contigo hasta saber el estado de Katsuki, pero necesito que nada de esto sea revelado a más personas, toda esta situación es confidencial — explicó con seriedad —Uraraka no puede saber que estamos en un hospital, mucho menos lo ocurrido con Katsuki —

Hanahaki [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora