Los días pasaron rápido, como el agua entre los dedos, vomitar pétalos de rosa se volvió parte de su rutina diaria.
No era estúpido, sabía lo que era el Hanahaki, sabía qué lo provocaba, en su caso, incluso sabía quién lo provocaba.
Quizás era estúpido por haber dejado que la enfermedad llegara a ese punto, la tos repentina había sido parte de su vida en los últimos meses, pero jamás le dio importancia, nunca había sido tan violenta, a veces incluso culpó a la contaminación del ambiente, siempre estuvo demasiado ocupado como para preocuparse por algo tan insignificante.
Ahora el problema era que esa cosa tan insignificante había echado raíces en su corazón, y no de forma metafórica, literalmente tenía un maldito rosal en el pecho.
Suspiró cansado mientras limpiaba sus labios, era la tercera vez en el día que vomitaba pétalos de rosa, los observó sobre la porcelana del lavamanos hasta que desaparecían por el desagüe, levantó el rostro y miró su reflejo, cada vez más pálido y con ojeras más pronunciadas, la maldita tos a veces no lo dejaba ni dormir, todo dependía de si soñaba o no con el maldito arbusto del que estaba enamorado.
Frunció el ceño y recargó su frente contra el espejo —Eres el maldito Katsuki Bakugo, una estúpida hiedra venenosa en el pecho no te va a detener — mordió su labio inferior —¡Maldita sea! Eres de los mejores putos héroes de todo Japón, es ridículo que te dejes vencer por una planta — gruñó con molestia antes de separarse de su reflejo.
Caminó hacía sus cosas y terminó de ponerse su traje de héroe, sus rondas estaban por comenzar, está semana tenía el turno de la tarde, iniciaba a las 4 de la tarde y salía a la media noche, era de los horarios más ajetreados; claro que había criminales haciendo de las suyas a todas horas, pero incluso esos desgraciados frecuentaban laborar entre las 2 de la tarde y las 12 de la madrugada.
Por eso casi siempre le asignaban esos rondines, héroes adecuados para horarios adecuados, al menos eso decían en su agencia.
Actualmente trabajaba con el actual héroe numero 25 del top de popularidad, no era tan bueno pero tampoco era malo. Había recibido buenas ofertas laborales, eso gracias a sus sobresalientes calificaciones y su desempeño en UA, pero la mayoría le pedían que mejorara su actitud, "Los civiles no pueden confiar en alguien tan intimidante" dijeron algunos.
Estupideces.
Era cierto que él no era la persona más agradable del mundo, pero tampoco era la bestia desalmada que decían que era, había acudido a algunas clases de control de ira, eso para mejorar él mismo, no por lo que dijeran sus compañeros o los sensibles civiles, se esforzó por no ser "la peor versión de él mismo".
Aún así, no todos lo recibían con los brazos abiertos, por eso cuando su actual jefe mostró mucho interés en tenerlo en su agencia e incluso confesó agradarle su personalidad, no lo pensó más y aceptó.
" ¡Eres más apasionado que muchos otros! Es increíble como fijas tus ojos en tus objetivos y no los apartas hasta que cumples tus metas"
Una mierda así había dicho, ni siquiera recuerda sus exactas palabras, sólo recuerda el alivio que sintió al escucharlas, generalmente no le molesta la opinión de otras personas, pero que le cerraran las oportunidades de ejercer como héroe lo estaba comenzando a estresar.
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Hanahaki [KatsuDeku]
FanfictionTener la enfermedad del Hanahaki no estaba dentro de los planes de Katsuki Bakugo, el botón de rosa sólo salió de su boca sin pedir permiso. Pero él es el maldito héroe Dynamight, no va a dejar que una estúpida flor pegada a su pecho maneje su vida...