Sus dedos jugueteaban con la taza de porcelana que estaba entre sus manos, su vista estaba fija en el líquido que se movía dentro de la misma, el movimiento del té de menta parecía hipnotizante.
Había pasado una semana desde que vio a Katsuki, una semana entera en la que había mantenido su rutina de héroe por las mañanas pero habia llorado desconsoladamente durante las noches. Era tortuoso, pero suponía que lo peor estaba por llegar, después de todo, el rubio aún no se reincorporaba a su trabajo.
No muchos habían notado su estado de ánimo, pues frente a los civiles actuaba como si nada estuviese pasando, tan amable y sonriente como siempre, pero personas cercanas, como Togata, se habían percatado de su decaimiento. Mirio había tratado de involucrarse, pero él aún no se sentía listo para contar la verdad sobre sus sentimientos hacia Katsuki a más personas, al menos no ahora que consideraba que había perdido toda oportunidad con el rubio explosivo.
—Deku ¿Todo está bien? —
La pregunta lo tomó por sorpresa y lo hizo volver a la realidad, alzó si mirada y sus ojos se cruzaron con unos bellos ojos color chocolate.
—S-Sí, lo siento — hablo mientras se acomodaba en su asiento.
Ochaco estaba sentada justo frente a él, una taza con té verde y una rebanada de pastel de zanahoria acompañaban a la castaña. Llevaba puesto un vestido bastante bonito de color blanco con detalles color rosa pastel, su cabello estaba perfectamente peinado y en su rostro se podía apreciar el maquillaje.
Ella se había esmerado por lucir bonita.
Sus ojos volvieron a su propia taza, se sentía incapaz de sostener la mirada de la joven, se sentía terrible, culpable.
Ochaco era un maravillosa persona, amable y atenta, una mujer fuerte e independiente, pero al mismo tiempo era sensible y muy amorosa, tenía inseguridades, como cualquier otra persona, pero siempre trataba de seguir adelante con una sonrisa en su rostro. Físicamente era hermosa, su cabello castaño, el cual era más largo que durante su tiempo en UA, era suave y siempre olía bien, sus mejillas naturalmente teñidas de rosa eran adorables y sus enormes ojos eran brillantes y muy expresivos.
Pero sin importar lo bella que era, Ochaco no provocaba ninguna reacción en él como lo hacía Katsuki.
Él sabía que apreciaba a Ochaco, la quería mucho y era alguien importante en su vida, quizás podría decir que la amaba, pero no la amaba de una manera romántica, era más como un amor fraternal.
No era el amor que Ochaco esperaba o merecía de él.
—Estoy muy feliz de que podamos salir después de tanto tiempo — habló muy animada —Siento como si hubieran pasado años desde la última vez que tuvimos una cita — bromeo y una amplia sonrisa se formó en sus labios.
La felicidad de la castaña era genuina.
Desde el momento en el que su novio le envió un mensaje para encontrarse en ese bonito lugar, Ochaco literalmente había flotado de alegría, y no era para menos, Izuku Midoriya era su todo. Muchos le decían que no debía ser tan dependiente del pecoso ¡Pero es que ella simplemente no podía evitar aquello! Había esperado muchos años para poder formalizar una relación con él, se había prometido cumplir su meta de ser una heroína antes de confesar sus sentimientos, por eso no pudo seguir posponiendo su confesión en cuanto se sintió estable laboralmente.
Saltó de felicidad cuando Izuku aceptó sus sentimientos, imaginando un futuro próspero para ambos, casados, viviendo en una enorme casa y con hermosos hijos a su lado. Aún se sonrojaba pensando en todas esas cosas que les deparaba el brillante futuro.

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Hanahaki [KatsuDeku]
FanfictionTener la enfermedad del Hanahaki no estaba dentro de los planes de Katsuki Bakugo, el botón de rosa sólo salió de su boca sin pedir permiso. Pero él es el maldito héroe Dynamight, no va a dejar que una estúpida flor pegada a su pecho maneje su vida...