✨ Episodio XXXV✨

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     Rukia había caído nuevamente a ese lugar de pura arena por desgracia sin mucha oportunidad de salir, además con un acompañante para su propio pensamiento completamente inesperado y poco agradable.

    Ryuken Ishida y Ishida Uryu eran extremadamente parecidos no solo en apariencia pues sus actitudes eran casi idéntica solo que el mayor parece un iceberg, Uryu era más dramático y exagerado una vez lo conocías pero éste ni si quiera hablaba al menos que fuese necesario y sentía que le tenía un odio a la shinigami.

     Tal vez compartían el odio a los shinigami eso pensó pero no quiso si quiera hablarle más con la incómoda escena anterior con la que se encontraron, fue muy extraño e incómodo.

      — ¿ Se puede saber porque ese arrancar quería llevarte lejos? Exactamente al hueco mundo —, Rukia frunció el entrecejo tratando de pensar.

      — Eso quiero saberlo yo también —, aseguró la shinigami mientras inflaba sus mejillas tratando de pensar como salir del lugar, esto era un desastre en más de un sentido —. Por desgracia no puedo leer mentes, se que usted fue enviado aquí por accidente, supongo que es daño colateral. ¿Como estará Ishida? Ese Grimmjow es tan peligroso.

      Ryuken acomodo sus gafas, también pensó lo mismo que la chica pero no dijo nada al respecto, solo quería salir de allí.

      — Bueno... No creo que sea tan inútil como para morir por poca cosa —. Fue lo que dijo.

       — Sin duda alguna no va morir porque es fuerte y tiene una extraña habilidad para sobrevivir momentos difíciles —, carraspeó la garganta —, sin embargo habían dos arrancar de gran nivel, sin mencionar que podrían haber más ocupando a los otros.

       — Habían tres arrancar —, dijo analizando con su mirada filosa a la shinigami — ¿Acaso no cuentas al que te envío hasta aquí?

        — No lo cuento, sus habilidades aún no son del todo recuperadas, aunque sí lo estuvieran sería el mas peligroso de todos. No obstante no es un peligro —, o al menos eso quería pensar porque la actitud de Ulquiorra Ciffer era un enredo que le gustaría descifrar porque únicamente aparecía sin nadie llamarlo cuando más necesitaba ayuda como si supiera el momento exacto cuando aparecer.

       No obstante solo aparecía con ella, como si fuera una especie de guardian extraño que personalmente no le agradaba mucho porque sabía cuidarse sola. Al parecer era algo que no entendía el arrancar, ni Uryu o si quiera Ichigo Kurosaki quien también tenía esa tendencia. Ella no era una damicela secuestrada o algo por el estilo porque sabía muy bien como cuidarse.

      —  Hay que buscar un pequeño cruce de rieatsu en el ambiente —, la de ojos violetas observó al doctor caminar con las manos en el bolsillo en dirección desconocida para poder seguirlo.

       — ¿Porqué? —. Preguntó minuciosamente mientras caminaba a pasos pequeños.

      — Uryu debió decirte en que consiste el poder de un Quincy —, dijo con fastidio como cuando un niño fastidioso hace una exasperante pregunta.

        — Si, recolectar el rieatsu en el ambiente para usarlo de ataque, esa es la base, aunque es un poco más complicado —, respondió sin mucha importancia.

      — Correcto, es similar a la de algunos arrancar cuando está en el hueco mundo usando los métodos adecuados podría hacer un portal, no es lo mismo que una garganta pero podrá hacerse. Para eso necesito encontrar un cruce en este mundo hueco y no garantizo en que parte del mundo terminemos, pero saldríamos de aqui.

     Rukia alzó la mirada detenidamente, eso era lógico y bastante posible sin embargo encontrar el cruce era un poco difícil. No había muchas opciones ahora que lo pensaba.

       — Tiene sentido —, aseguró mirando el suelo sin mencionar nada más, todo estaba desierto a excepción de algunas lagartijas Hollows caminando de aqui para allá.

       Otro incómodo silencio que duró varios minutos fueron presentes.

       Ryuken tenía varias preguntas que hacerle pero realmente no quería hablar con una shinigami, por otro lado era mejor entablar conversación con Uryu para evitar hablar con Kuchiki, eso era mejor pero obviamente hablar con su hijo era peor que hablar con cualquier otra persona porque era realmente irritante el chico.

       — ¿Desde cuándo conoces a Uryu? —, esa pregunta la hicieron atragantar con su propia saliva pero no lo notó el masculino.

        No salía con Uryu, solo fue un beso nada aclarado de parte de ninguno por un impulso de ambos que lamentablemente fue interrumpido por el albino. No era prohibida la relación entre un shinigami y un Quincy como tal porque estos últimos básicamente no existían y a los shinigamis les da lo mismo, aunque personalmente no sabía que pensaba su hermano. Ése no era el punto, ahora se encuentra en un incómodo momento.

     Ni si quiera ella misma sabía lo que ocurrió en ese entonces, no sabía si el Quincy sintió lo mismo que ella en aquel momento fugaz que fue perfecto.

      — Desde hace un buen tiempo, dos años siendo exactos —, dijo aclarando la garganta —, pero señor Ishida, la verdad es que, lo que vió... —, dijo mirando a otra dirección porque esos ojos fríos eran como hablar con Byakuya Kuchiki o peor —... Entre su hijo y yo no hay nada realmente...,al menos no por ahora —. Dijo incómoda y completa sinceridad, por alguna razón le ponía nerviosa. Estaba muy vieja para ponerse así.

      — ¿Enserio?... Vale, te creo—, dijo ajustando sus gafas con un claro sarcasmo —, tal vez me equivoqué con lo que ví.

       Sin duda alguna Rukia estaba muy mayor para soportar esto, aunque tampoco es que durante su adolescencia experimentó algo como eso, tal vez a todos le llega.

       — Tal vez te agrade más el arrancar que parecía estar muy interesado en tí ¿No es así, niña? —, encogió los hombros con un tono tan fuerte que la hizo enojarse.

      Suficiente amabilidad por un día.

       — ¡No soy una niña! —, afirmó únicamente porque sí decía que incluso era mayor que él esté tema se iría por otro lado en una discusión más intensa —, en segundo plano olvidando mi edad —, cruzó los brazos —, puede creerme o como sea, no me interesa un arrancar y si me interesa no creo que le importe porque no debería entrometerse en la vida de las demás personas.

      Ryuken frunció el entrecejo y sorprendente se parecía aún mas a Uryu cosa que casi aterraba.

        — ¡Me interesa cuando en tus asuntos está mi hijo involucrado! —, Alzó la voz más que Rukia —, es anti natural que estén junto, puedes hacer con tu vida lo que quieras pero...

        — ¡Vamos a darle un premio al padre del año! —, ese tono era hiriente y sarcástico —, ¡Estas en la época de antaño! —, y con más intensidad alzó la voz —Uryu no es ningún niño, puede cuidarse sólo. Creo que es tarde para ser de buen padre o tratar de enmendar una relación rota, y si no lo fuera estás empezando con el pie equivocado.

     Ishida a punto de responder a continuación cerró la boca desviando la mirada a otro lado pensando que una shinigami le había ganado una discusión.

      Ésa chica era muy agresiva, además esa actitud era posesiva y autoritaria, daba algo de miedo si la enojas y tal vez en sus tiempos más jóvenes hace aproximadamente veinte años atrás habría retrocedido del susto, cosa que pensó haría su hijo cuando ella se enojaba e intentó contener la risa.

       La miró una vez más de arriba a abajo mientras colocaba las manos en el bolsillo, el silencio se había vuelto más incómodo, si, era posible que se volviera más incómodo.

      Así que esa era la shinigami por la que Uryu había perdido sus poderes cuando fue a la sociedad de almas y luego tal vez fue el motivo que lo hicieron volver más de una vez al lugar queriendo ser fuerte .

      Pronto el suelo comenzó a agrietarse, ambos se miraron completamente descolocados hasta que una figura inmensa apareció de entre la arena...

   ¡Tenía que ser una broma!

    Yammy, décima espada transformada en el número cero había aparecido de entre la arena y sin si quiera sentir el rieatsu.

Tu Me Cambiaste La Vida (Uryu X Rukia) Completada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora