Capítulo 1: De vuelta a la Acción

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Con la nueva misión entre manos, Hyrik fue en busca de su equipo. Esta vez se sentía más relajado, había recibido mucho reconocimiento y beneficios luego de que los Caídos cumplieron con su misión.

—Una desconocida fuente de energía apareció y desapareció en segundos en una excavación arqueológica en Egipto —murmuró mientras leía el informe—. Mmm, debo investigar dicha fuente y traerla a la Agencia de ser posible. Suena fácil, pero necesitaré un traductor.

El hevenziano partió hacia Amell City dónde encontraría a un nativo de Egipto, en el viaje se tomó un momento para investigar un poco acerca de ese país.

—Lengua oficial... ¿árabe? —murmuró para luego leer en voz alta—. El árabe estándar moderno es una variante de la lengua árabe culta común que se desarrolló a partir del renacimiento literario Nahda que vivió el mundo árabe a partir de la segunda mitad del siglo XIX —Hyrik había vivido en la Tierra por unos años pero desconocía muchas culturas, países y lenguas del planeta, aunque nada que no pueda saber con ayuda de internet.

Había pasado un año desde la derrota de Cyberex, sin embargo los Caídos eran considerados terroristas y, a pesar de que no habían sido revelado sus identidades, eran intensamente buscados por equipos de élite de varios países. Sus cabezas tenían recompensa, sobre todo la de Matías Burjas, pero la Agencia se aseguró de ocultar todo rastro de ellos. Gracias a esto Hyrik tenía la ubicación de cada uno de los Caídos y reunirlos sería más sencillo, aunque a su parecer era extraño que la Agencia le ordenara reunir a los Caídos para una misión a simple vista sencilla.

—Siempre ocultan algo... amo los misterios —se dijo al sonreír de lado.

La noche volvía a caer en Amell City. Aunque las luces iluminaban esta ciudad, la luna anunciaba la llegada de la oscuridad, que llegaría a cada rincón posible. Con la luna en alto nadie quería salir de sus hogares porque siempre habría en la oscuridad y sombras y quitarles la vida con tal de quitarles unos míseros dólares. Sin embargo, algunos ciudadanos se habían dado cuenta de que ya habían dueños de la oscuridad y las sombras. Debajo del Puente Helios, vasto e imponente, era el lugar de intercambio entre algunas armas experimentales entre lo que quedaba del Cártel Mexicano y lo que quedaba de la Bratva.

—¿Qué es esto? —preguntó el jefe mexicano mientras veía las maletas largas que los rusos traían. Estaban desesperados, la caída de John Jackson causó que se vulneraran y que las operaciones policiales los detuvieron. Seguían siendo fuertes pero estaban expuestos. El ruso abrió la maleta, mostrando una serie de jeringas rellenas de un líquido rojo, mordiendo un mondadientes, esbozando una gran sonrisa malévola. Su rostro, y seguramente el resto de su cuerpo, estaba cubierto de venas muy notorias y con un líquido notorio.

—Una variación más poderosa y algo más cara de la Droga Roja, te fortalece el cerebro a más no poder —el mexicano no supo si fue su imaginación, pero parecía que el ambiente empezaba a volverse pesado. Sin embargo, una figura alta apareció de entre las sombras y posó sus manos sobre las cabezas del ruso de la maleta y su guardia. Detrás de ellos todos estaban noqueados.

—¿Qué es eso? —preguntó Klinn tras el casco con tranquilidad. Los guardias mexicanos alzaron sus armas y les apuntaron—. ¿Sabe bien?

—¿Quién demonios eres? —preguntó el mexicano. Klinn golpeó la cabeza de los rusos, estremeciéndoles el cerebro y haciendo que cayeran inconscientes. Por otro lado, desde las alturas, una serie de disparos hicieron caer a los guardias mexicanos en un instante, pero sin matarlos. El mexicano apuntó ahora a la oscuridad, donde notó a una figura misteriosa con un casco que cubría toda su cabeza y una armadura táctica ligera. Esa misma persona conservaba en sus manos un rifle de asalto Kalashnikov, más exactamente un AK-12 modernizado, de cargador redondo y con mira cilíndrica con varios tipos de visión y ajustable para la cacería. El vigilante original, Krieg, alzó las manos con cierta manera burlona y sonrió debajo del casco.

Iniciativa Caídos 2: Tierra De Dioses™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora