Capítulo 9: Primer Contacto

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Marin conducía la camioneta lo más rápido que podía tras haber recibido aquella llamada, si era cierto podían estar en graves problemas, pero ¿cómo podía ser posible que esas personas los hubieran descubierto tan rápido?

En cuanto llegó pudo notar como la arena se levantaba como si estuviera en medio de una tormenta, le costó un poco aclarar su vista en medio de ella, pero cuando lo hizo logró ver a Alezie con las manos extendidas hacia adelante mientras un torrente de arena caía sobre lo que parecía ser una esfera transparente.

—Alezie, ¿Qué ocurre? —exclamó saliendo del vehículo.

—Nos encontraron —respondió este simplemente mientras seguía haciendo un esfuerzo para mantener al rubio quieto—, vete con el resto, aquí es peligroso.

—Si son saqueadores de tumbas deberíamos llamar a la policía.

—No podrán hacer nada, tiene poderes —replicó el pelirrojo exaltado—. Deben haber más de ellos y llegarán pronto, los distraeré todo lo que pueda, así que necesito que tú y los demás se preparen para escapar —la Hevenziana dudo unos instantes antes de asentir y retirarse.

Alezie sabía que seguir así no lo beneficiaría, por lo que ideó una estrategia, abriría el suelo bajo el rubio y lo enterraría bajo toneladas de arena, de esa manera, aún si sobrevivía, le daría el tiempo suficiente para huir con sus compañeros, pero era lo único que podía hacer por ahora. Además creyó que sería mejor no comentarle a Marin sobre a quienes se estaban enfrentando realmente para que el pánico no se apodere de su equipo.

Sin embargo, antes de poner en marcha su plan un puño oscuro salió de la nada y lo golpeó enviándolo al suelo. Ante esto Castel pudo por fin deshacer su burbuja y dar una bocanada de aire.

—¿Estás bien? —le preguntó Nathaniel acercándose a Matías quien asintió.

—Ya estoy acostumbrado a estar a punto de quedarme sin oxígeno —respondió este. A Nathaniel le extrañó verlo tan cansado, incluso parecía que hacía un gran esfuerzo por mantenerse de pie.

El pelinegro dirigió la mirada a quien había atacado, no se veía como alguien muy amenazante pero sabía que no podía subestimarlo. Tanto su brazalete como la perilla que tenía puesta llamaron su atención, su color dorado resplandecía vívidamente ante la luz del sol, casi de manera antinatural, por lo que supuso que tal vez se trataban de los amuletos que la Agencia había mencionado.

Alezie se levantó del suelo y se puso en guardia de nuevo, las cosas se estaban complicando, seguramente el recién llegado era otro de los terroristas, y por lo que vio, parecía tener poderes de sombras.

—No tenemos por qué pelear —le dijo el joven pálido, confundiéndolo—, solo venimos por los 2 objetos que encontraste —el pelirrojo frunció el ceño.

—Me lo imaginaba —contestó mientras levantaba ambos brazos haciendo flotar numerosas esferas pequeñas de arena—. No dejaré que se los lleven.

Nathaniel dio un paso hacia adelante a lo que Alezie respondió disparando los proyectiles de arena. El pelinegro reaccionó colocando una barrera de sombras frente a ambos para protegerse.

—Supongo que eso es un no —murmuró éste preparándose para contraatacar, aunque no fue necesario pues otra persona se le adelantó.

Con una velocidad increíble para su tamaño, Klinn se lanzó hacia el arqueólogo encajándole un potente puñetazo que lo mandó una vez más al suelo.

—¿Están bien? —le preguntó a ambos que se quedaron congelados unos instantes antes de asentir.

—El que me preocupa es él —agregó Fox mirando hacia el pelirrojo—. ¿Lo mataste?

Iniciativa Caídos 2: Tierra De Dioses™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora