Iniciativa Caídos 2: Tierra De Dioses™

Capitulo 2: Vida de Zorros

Rickards City no era una ciudad muy normal, algo que podía notarse fácilmente durante la noche, por suerte o por desgracia contaba con un protector.

Black Fox ha estado muy ocupado durante estos últimos meses, no sólo acabando con los restos de los Shadows, sino con el crimen organizado que parece reflotar a cada instante, cada vez que acaba con alguna banda o mafia criminal sus rivales estaban ahí listos para aprovecharse de esto, creciendo cada vez más, sin embargo últimamente parecen estar agotándose del todo, pues los esfuerzos del vigilante se estuvieron multiplicando, aunque había algo que lo mantenía intranquilo.

Eso nos lleva a la situación actual, una habitación oscura iluminada únicamente en el centro, una enorme mesa compartida por los líderes de las últimas organizaciones criminales, en otro momento esto habría sido imposible, pero esta vez un asunto en común los reunía.

—Esto es inaudito —exclamó uno de ellos golpeando la mesa con su puño—, un solo hombre no puede ser suficiente para trabar todos nuestros negocios.

—¿Niegas lo evidente? —preguntó otro—, sabes que no es un simple hombre.

—Si, es un Omegahumano ¿y que? No es el único que existe.

—Ya hemos intentado enviar a otros Omegahumanos contra él, y todos fallaron —agregó un tercero.

—Sus contrincantes lo describen como espectro de sombras —al primer hombre le asqueaba la constante cobardía de aquel sujeto, sin embargo antes de que pudiera replicar algo la figura que se encontraba en el centro tomó la palabra.

—De algo estamos de acuerdo —comentó—, debemos acabar con él antes de que termine con todo nuestro trabajo.

—¿Y como acabaremos con este "espectro"?

—No importa como lo describan, es humano, y como tal, puede ser eliminado, pero solo si unimos fuerzas —muchos dudaron, ¿hacer equipo? Podría funcionar, aunque no les agradaba la idea de tener a sus antiguos competidores tan cerca.

—Ya que, supongo que nuestras diferencias pueden esperar hasta acabar con el problema en común—dichas palabras parecieron convencerlos poniéndose todos de pie, en ese mismo instante un cuerpo se estrelló encima de la mesa destrozándola y sobresaltando a todos los presentes quienes se pusieron de pie.Ninguno entendía que demonios estaba pasando, se encontraban en el subsuelo de una mansión repleta de guardias en la superficie, era imposible que alguien hubiera entrado sin ser descubierto.

Todos miraron hacia arriba, hacia las escaleras y andamios que llevaban hacia la salida, pero allí no encontraron a nadie, en su sorpresa no podían notar que su atacante estaba en el suelo, oculto en la oscuridad.

Unos puños de sombras impactaron contra todos ellos enviándolos al suelo dejando solo a uno de los líderes, este tomo su arma e intentó disparar, pero antes de lograrlo, un tentáculo oscuro surgió del suelo partiéndola por la mitad, pasó a un lado de su rostro y le dejó un pequeño corte en la mejilla.

—¿Co-cómo nos encontraste? —preguntó retrocediendo, la figura camino fuera de la oscuridad revelando al Caminante de las sombras, ya no portaba su traje característico, sino una simple chaqueta negra con capucha, usaba sus sombras para cubrir la mitad de su rostro y su antigua armadura sólo alcanzaba a proteger su torso, pero aún así era reconocible por aquel poder tan particular, el manejar la oscuridad a su antojo.

—Debería tener más cuidado con lo que deja entrar a tus bolsillos —respondió Black Fox mientras se acercaba a él al mismo tiempo que de su camisa salían una pequeña serpiente de sombras, la cual saltó hasta la mano del vigilante antes de desaparecer por completo, tras esto lo tomó del cuello de su ropa y lo estrelló contra la pared.