Capítulo 15: Alumno y Maestro

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Luego de haberse recuperado de sus heridas rápidamente gracias a la medicina hevenziana, Castel decidió buscar más información acerca de la diosa que representaba dicho amuleto.

—Diosa de la alegría, maternidad y del amor... ¿El amuleto sólo crea escudos? ¿Qué tiene que ver eso con la alegría o el amor? ¿Se refiere a la protección o algo así? —se preguntó mientras leía los resultados de búsqueda en su celular.

El problema debo ser yo, pensó Castel. Ya que sus poderes le permitían crear escudos y por eso sentía que nada había cambiado.

—De igual forma generar escudos sin un límite es muy práctico —pensó en alta para luego recostarse sobre su cama. Aunque por el otro lado estaba el amuleto de Helena, aún no había visto qué habilidades brindaba pero no tenía dudas de que era mucho más poderoso que el suyo.

¿En qué estás pensando? —Nix se hizo presente en su celular, con la imagen del gorrión, al parecer tomó ese ícono como el suyo.

—Pensé que el amuleto me haría más poderoso, es todo —respondió sincero mientras miraba la pantalla.

¿Por qué?

—Es un amuleto inútil, al menos conmigo. Yo ya tengo el poder de crear escudos y el arqueólogo se vuelve cada vez más fuerte mientras el tiempo pasa. Tiene ventaja al poseer el amuleto de la sabiduría —habló el rubio, se sentía un poco frustrado—. ¿De qué sirve el amuleto del "amor" contra eso?

¿Amor? No solo es eso, según varias versiones Hathor también es una deidad creadora y destructora —le explicó Nix, ya que esa era su función y trataba de ayudar a Castel en todo lo que podía—. Recibe a los muertos y a los recién nacidos, además la información dice que es la deidad de las fiestas, alegría y el alcohol.

—Hey, hey, me estás confundiendo más —el rubio detuvo a la I.A para luego soltar un suspiro—. Sólo digo que podría ser mucho más útil si usara otro amuleto... Hablaré con Samir.

¿Estás seguro?

—Si, no quiero quedarme atrás —concluyó Castel para luego bloquear el celular y guardarlo. Ya estaba anocheciendo y salió de su habitación para ir en busca del hombre de la espada. Sin embargo, a quién encontró mirando el horizonte fue a Hyrik.

Su primera reacción fue saludarlo y preguntarle si sabía dónde estaba Samir. Pero de repente el amuleto de Hathor comenzó a brillar y su pecho fue perforado, él no pudo ver el ataque, fue demasiado rápido y dejó un enorme agujero en tu cuerpo. Castel no sabía cómo pasó pero seguía respirando, al cerrar los ojos por un momento y luego abrirlos, la herida ya no estaba. Entonces concluyó que fue una sensación.

—¿Matías? ¿Estás bien? —Hyrik se había dado cuenta de su presencia ya que comenzó a respirar de manera agitada, casi hiperventilando.

—¿Me atacaron? —susurró mientras tocaba su pecho, el gran hueco ya no estaba pero sentía dolor.

—¿Qué estás diciendo? —Hyrik se acercó para examinarlo, sin duda le estaba pasando algo. Entonces Castel rompió en llanto, alterando aún más al hevenziano—. Esperaba un comportamiento así de Krieg, no de ti —habló confundido.

—¡Ahhh! —el muchacho soltó un grito desgarrador. Hyrik lo vio desplomarse en el suelo y tomar su cabeza con las manos. El hevenziano se acercó para calmarlo y, al tocar al Castel, sus ojos comenzaron a humedecerse. Al mismo tiempo que el rubio se calmaba, Hyrik lloraba en silencio, hasta el punto de que sus manos tenían un ligero temblor.

—¿Qué es esto? Por qué y-yo... —Por más que quería controlarse, Hyrik no podía dejar de llorar. Una profunda tristeza lo había sorprendido y también se sentía confundido, aunque pudo notar que los aros de Hathor estaban brillando. Ese brillo significaba que el amuleto estaba siendo utilizado.

Iniciativa Caídos 2: Tierra De Dioses™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora