Los últimos rayos de sol se ocultaban tras las nubes, creando una hermosa vista. Ron apagó el motor del auto y recargó la nuca en el respaldo de su asiento. Giró su cabeza hacia su derecha, donde pudo ver a Hermione con la cabeza contra la ventana y con los ojos cerrados. La observó en silencio, examinó cada parte de su rostro; sus pestañas, sus ojos, sus cejas, su nariz, sus labios. Principalmente sus labios. Aún le costaba creer que hace tan sólo unas horas los había vuelto a probar.
Hasta ese momento no había tenido idea de cuánto había extrañado los besos de Hermione, de cuanta falta le hacían, de la necesidad, de la adicción que le provocaban. Y no veía la hora de volver a besarla.
Debía admitir que aún había una especie de nube de confusión alrededor de él. Habían sido tantos los sentimientos de ese día, que parecía estar en un sueño irreal. Pero había sucedido. Se habían besado, ella lo había besado.
Sus pensamientos pararon cuando los párpados de Hermione se levantaron y dejaron ver los ojos marrones de la castaña. El corazón de Ron golpeó con fuerzas contra su pecho y una especie de electricidad le recorrió el cuerpo de pies a cabeza. Sonrió por dentro.
- Hemos llegado -Ron señaló con la cabeza hacia la casa, sin apartar la vista de Hermione.
- Me quede dormida -Hermione se reincorporó en el asiento. Miró sobre su hombro y sonrió con ternura -. Rose sigue durmiendo.
- Aún debe estar asustada -suspiró Ron. Miró a la pequeña también.
- Yo aún lo estoy -declaró Hermione, con un ligero temblor en la voz.
Ron se volvió hacia ella y le regalo una sonrisa tranquilizadora. Estiró su mano hasta encontrar la de Hermione y la sostuvo.
- Estoy bien. Ustedes están bien. Eso es lo único que importa ahora...
- Sí, lo sé. Pero aún así... -Hermione hizo una pausa -, no fue nada lindo ver cómo ese tipo te apuntaba con esa cosa...
- Tampoco fue lindo ver como ese idiota te tocaba -replicó Ron endureciendo el semblante.
Hermione sonrió y apretó la mano de Ron suavemente.
- No lo fue -coincidió Hermione, soltando un suspiro, miró a Rose de nuevo -. Y sólo espero que Rose pueda olvidarlo...
- Lo hará -aseguró Ron, asintiendo con la cabeza -. Nosotros le ayudaremos a que así sea. Vamos, está anocheciendo.
Ambos salieron del auto y mientras Ron cargaba a la pequeña, Hermione avanzó hacia la casa para abrir la puerta. El pelirrojo cargó a Rose con delicadeza y cuidado y entró a la casa. Hermione cerró la puerta tras ella y luego caminaron por el pasillo, atravesaron la sala, pasaron por el comedor y luego se dirigieron a otro pasillo que daba paso a las habitaciones.
Hermione abrió la puerta de la habitación de la pequeña y se apresuró a separar los cobertores para que Ron pudiera acostar a la niña.
Rose se removió un poco pero no despertó. Ron la cubrió y la besó en la frente rápidamente.
- ¿Crees que se despierte? -preguntó Ron a Hermione en un susurró bajo.
- Es lo más seguro -respondió Hermione, con una sonrisa -. Conociendo a Rose, se levantará con hambre. No hemos comido desde que salimos de aquí.
- Es verdad -acordó Ron haciendo una mueca -. Con todo lo que pasó ya no comimos, ni compramos nada.
- Tienes razón, no hay nada -Hermione soltó un suspiro frustrante -. Bueno, necesito ir a comprar cosas. Sólo iré a comprar lo necesario para esta noche y...
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Un amor para siempre (Romione)
RomancePrólogo. La lluvia golpeaba contra la ventana, de vez en cuando se oía un trueno a la distancia. El cielo estaba nublado, era imposible ver las estrellas, tan solo se veían las nubes grises. Pasaban ya de las once de la noche y Hermione Granger se e...