Charlando con viejos amigos.

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Hermione subió rápidamente a su auto. Finalmente se había decidido a hablar con el pelirrojo, ¡y resulta que éste se iba de la ciudad! Los nervios habían pasado. Ahora tendría que esperar una semana para volver a buscarlo. Se paró en una cafetería, necesitaba pensar antes de ir por Rose. Se sentó en una mesa cerca de una ventana y pidió un café.

Mientras tanto a unos kilómetros de distancia, Ronald Weasley estaba acostado en su cama con la vista al techo. Ayer se había despedido de sus padres y sus sobrinos favoritos. Tuvo la tentación de ir a casa de los padres de Hermione, si ella no estaba ahí, por lo menos ellos podrían decirle donde estaba. Y había estado muy cerca, pero al final se quedo en el parque. Suspiró y esta vez no vino a su mente la imagen de Hermione. En su lugar apareció el rostro de una niña pelirroja de ojos azules. Sonrió.

Con todo el asunto de Hermione se había olvidado de la pequeña que despertaba una sensación extraña en él. Nunca podía describirla, pero le gustaba; y pensó, que si algún día tuviera una niña, le gustaría que fuera como ella.

Su celular comenzó a sonar. Vio la pantalla, era una llamada de su padre.

-Hola, papá -respondió aun acostado.

-Hola, hijo -saludó Arthur -. ¿Estás ocupado?

-No padre -negó el pelirrojo -. En unas horas tengo la junta con los empresarios.

-Me alegró, Ron -dijo el señor Weasley -. Verás, hijo... alguien vino a tu oficina hoy a buscarte...

-¿A mi oficina? ¿Quién? -quiso saber mientras jugaba con el borde de una almohada.

-No estoy seguro, pero creo que... -Arthur tomo aire antes de continuar -... Hermione Granger.

Ron se sentó de un salto en su cama. Creyó haber escuchado mal.

-¿Por qué piensas que pudo ser ella? -indagó Ron perplejo.

-Tu secretaria dijo que una mujer castaña de ojos marrones te había buscado -explicó Arthur -. Cuando me he asomado pude ver a un auto y me pareció que era ella.

-¿Dijo para que fue a verme? -el corazón de Ron dio un vuelco,

-Solo dijo que era para algo personal, y que después te buscaría.

-Gracias por avisarme -agradeció el pelirrojo poniéndose en pie.

-No tienes porque hijo -comentó desde el otro lado de la línea el pelirrojo mayor -. Tengo que dejarte. Suerte y nos vemos pronto.

-Adiós -se despidió el pelirrojo. Escucho el sonido del celular al acabar la llamada y lo aventó a la cama.

Comenzó a caminar por la habitación del hotel donde se hospedaba. ¿Para qué lo habría buscado Hermione? ¿Era ella quien lo había buscado? Se pasó las manos por la cara y el cabello desesperadamente. "Dijo que era para algo personal" la voz de su padre sonó en su mente. Par algo personal... personal. Entonces la tristeza, la desilusión y el dolor lo embargaron.

¿Y si Hermione lo había buscado para decirle que no la buscara? ¿Qué no quería tener problemas con su esposo? ¿Qué había hecho una familia ya y que lo había sacado de su vida para siempre?

Sintió impulsos de gritar y de golpear lo que tuviera enfrente, pero se contuvo. Él no era así. Ya no. Había cambiado, había madurado. Se dejo caer de rodillas al suelo. ¿Para qué lo habría buscado? Se repetía. Necesitaba saberlo. Hablar con ella una última vez antes de intentar olvidarla. Necesitaba escuchar de sus labios que ya no lo amaba. Que amaba a alguien más. ¿Y si lo seguía amando? ¿Y si solo se había casado con otro por despecho? ¿Por un intento fallido de olvidarlo?

Un amor para siempre (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora