#15.

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La mañana del domingo fue tranquila.

Los Na solían levantarse tarde ese día, a excepción de Jaemin.

A Jaemin le gustaba tener su propia rutina estructurada. Se levantaba temprano y se preparaba el desayuno, leía un poco y luego no hacía nada en especial.

Eran las 8 am y Jaemin ya estaba con una taza de café y un buen libro en la barra de la cocina de la acogedora vivienda.

El aroma a café inundaba sus fosas nasales, adoraba ese olor a café mañanero de domingo.

Sintió unos pasos y una voz somnolienta quejarse, miró bien y se percató de que Jeno ya estaba levantado. Su cabello estaba revuelto y totalmente despeinado, se veía adorable.

—Buenos días, Jeno. —Jaemin le dedicó una amable sonrisa.

—Buenos días. —respondió, llevando su mano a su cabello en un intento de acomodarlo.

—¿Qué sueles desayunar? Puedo preparar tu desayuno. —ofreció.

—No desayuno casi nunca. —dijo.

—Esta será la excepción. —ladeó su cabeza.— Anda, te prepararé algo, ¿quieres café?

Jeno lo pensó y asintió, aceptando con gusto el café que Jaemin le había ofrecido.

No solía desayunar, no era de esas personas que seguía una línea de comida y alimentación. Jeno era del tipo que comía cuando se le pintaba la gana a su rebelde estómago.

Jaemin se levantó de su asiento y procedió a preparar el café, una vez listo, se lo entregó al contrario y ambos tomaron café juntos. Simple y lindo.

—¿Cómo es que tus hermanos tienen nacionalidades distintas? —preguntó Jaemin con curiosidad.

—Uh... Bueno... —dio un sorbo a la caliente bebida.— Mis padres son coreanos, se fueron a vivir a Canadá por un tiempo y allí nació Mark, al año siguiente se mudaron a Corea de nuevo y nací yo. —el peliazul prestaba atención a las palabras del pelinegro.— Durante el embarazo, mi madre presentó complicaciones, de hecho casi me muero, pero aquí estoy. —sonrió.— Mi madre se hizo estudios y ahora no puede quedar embarazada de nuevo, además de que ya tiene más de 40 años y es riesgoso un embarazo a esa edad, hace tres años, decidimos adoptar a Chenle, quien es chino. Y esa, es la historia de mi familia. —concluyó, dejando a Jaemin fascinado.

—Wow... Es un increíble relato. —dijo con una sonrisa.— Me alegra que pudieran realizar los trámites para adoptar a alguien que lo necesita. Eso es un tierno detalle.

Jaemin, en lo personal, quería tener hijos, quería darle a unos pequeños la seguridad y el cariño que necesitaban. Su orientación sexual le permitía tener hijos propios o adoptar, pero él siempre iba a preferir la adopción. Deseaba poder ayudar a un pequeño que realmente lo necesitaba, prefería eso antes que tener uno propio.

Lo que quedaba de la mañana transcurrió con normalidad y total tranquilidad, la luz del sol ingresaba por la ventana de aquella linda cocina, dándoles calidez. Todo iba bien hasta que Jaemin sintió a su hermano menor gritar su nombre y Chenle fue hasta él alarmado diciendo que Jisung tenía algo raro.

• Nails. || «NoMin.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora