#26.

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Esa fue una semana movida para los Lee.

Por determinados motivos, Jeno no pudo salir a ver a Jaemin, a quien solo veía en la universidad, pero eso no le era suficiente.

Chenle pudo ver a Jisung en la tarde pero menos días de esa semana.

Las cosas en la casa de Yuta habían vuelto a la tranquilidad habitual, así que el japonés retornó a su hogar con sus padres, despidiéndose de la amable familia Lee y de su preciado novio.

Los hermanos Lee estaban demasiado aburridos.

Mark entró a la recámara de Jeno, con una postura desganada y arrastrando sus pies con el suelo, como si le pesara vivir. El dueño de la habitación lo observó con una ceja levantada, se veía de la mierda, y además, ¿quién le había dado el permiso de entrar en su habitación como si nada?

—¿Tú qué haces aquí, Minhyung? —dijo Jeno moviéndose en la silla giratoria que tenía.

—Extraño a mi Yuyu. —dijo sollozando en un adorable berrinche, claro, bastante patético para Jeno, Mark se tiró en la cama de Jeno sin ganas de absolutamente nada.

—¿Solo por eso estás así? —cuestionó, Mark lo observó con una expresión que relataba "¿SOLO por eso? Como si no fuera motivo suficiente".

El mayor de los hermanos Lee iba a quejarse hasta que llegó el pequeño Chenle, también con los ánimos bajos igual que Mark.

—¿A ti qué te pasa, pequeño? ¿También mal de amores? —dijo Mark abrazando la almohada de Jeno mientras se acomodaba en la cama.

—¿Mal de amores? —el menor ladeó su cabeza confundido mientras tenía a su peluche favorito en sus manos.

—Ignoralo, Lele, Mark se volvió medio loquito, le hace falta Yuta. —dijo con una sonrisa dirigida hacia Mark.— Yuta, Yuta. —imitó su voz con gestos exagerados, ocasionando que su hermano mayor le tirara un almohadón, fallando en el intento.

—Oh, a mí me hace falta Sungie, ¿también me volveré medio loquito? —preguntó.

—Muuuy loquito. —dijo Mark bromeando.

Jeno suspiró mientras daba vueltas en su silla y su vista daba al techo blanco de su habitación.

Él no extrañaba a nadie como sus hermanos, bueno, tal vez extrañaba un poco a Jaemin, pero tampoco estaba tan desesperado como ellos.

—Nono, ¿no extrañas a Nana? —preguntó el menor mientras se acercaba a su hermano.

—No, no lo extraño. —respondió, llevando su mano al cabello de Chenle para revolverlo.

—You miss him, don't lie. —dijo Mark.

Jeno rodó sus ojos y decidió no darle importancia.

—Ustedes son unos desesperados. —se burló Jeno.

—Mentira, yo sí puedo esperar a Sungie. —sonrió con orgullo.

—Yo no puedo esperar a Yuyu, lo extraño mucho. —puchereó y enterró su rostro en la almohada que estaba abrazando.

El dueño de la habitación bufó, odiaba cuando su hermano se ponía así de insoportable y llorón por su novio.

Vaya día.

• Nails. || «NoMin.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora