#09.

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Un día, un auto llegó a la casa de los Na, se sintió la puerta golpear y la mujer de la casa fue a abrir, dejó pasar a los invitados y cerró la puerta.

Era una familia nueva que había llegado hace unos meses y se habían llevado bien las veces en las cuales habían hablado de pura casualidad.

—Bienvenidos, siéntanse como en su casa. —sonrió amablemente la señora Na.

—Muchas gracias Jiwoo. —dijo la señora Lee.— ¿Dónde están tus encantadores niños?

—Nana está en su habitación leyendo y Jisung fue a comprar con su padre. —explicó.

—Mira hijo, puedes ir con Jaemin —dijo la señora Lee dirigiéndose a su hijo del medio, quien la miró como si estuviera loca.

—No pienso ir con él. —dijo de manera seca.

—Anda, ve. —lo empujó levemente hacia el pasillo de la casa que tenía un cartel con lindos adornos que decía "Habitaciones".— Mark, ¿tú también quieres ir? —se dirigió ahora a su hijo mayor.

—Oh, no gracias, madre. Me quedaré con ustedes. —sonrió.

—Vaya, qué educado. —halagó la señora Na.

—Muchas gracias. —hizo una reverencia.

El pelinegro escuchaba esa conversación mientras le hacía burlas a su hermano sin que él viera. Recorrió el pasillo viendo las puertas que también tenían carteles indicando de quiénes eran. La primera decía que era de Jisung, la segunda era el baño y la tercera era la de Jaemin.

La tercera era la vencida decían.

Golpeó la puerta esperando obtener una respuesta, pero solo se escuchaba a alguien tararear una canción.

Parece que estaba con los audífonos.

Bufó levemente mientras se quedaba esperando frente a la puerta con su teléfono. Si algo le caracterizaba era su poca paciencia.

Sin querer esperar más, abrió la puerta, encontrándose con un Jaemin recostado en su cama leyendo un libro con sus audífonos puestos.

Jaemin, por el rabillo del ojo, vio que alguien abrió la puerta que daba a su habitación, apagó inmediatamente la música y dejó el libro en su cama, quedándose estático.

Esto debía ser una broma de muy mal gusto.

—¿Qué mierda haces aquí? —dijo Jaemin con notable molestia.

—Mi madre dijo que viniera, tus padres nos invitaron y mi madre piensa que somos grandes amigos. —sonrió irónicamente.

—Vete Jeno, no quiero que estés aquí. —se levantó dando pasos hacia el intruso.

—Yo tampoco quiero estar aquí, Na Jaemin, pero mi madre me dijo que me quede aquí. —dijo cruzándose de brazos apoyando el lado izquierdo de su cuerpo en el umbral de la puerta, viendo a Jaemin a los ojos.

El peliazul iba a continuar con sus quejas hasta que escuchó a su hermano preguntar por él, tal parece que ya había llegado.

Cuando Jisung vio a alguien fuera de la habitación de su hermano, pensó que era Jaemin, así que corrió hacia él gritando su nombre con su infantil voz.

Una vez llegó, abrazó a Jeno, quien se quedó estupefacto ante la acción de aquel pequeño.

El pequeño Jisung levantó su cabeza para ver a Jaemin, y se separó avergonzado al ver que no era su hermano mayor, vio a su derecha y fue con su hermano al darse cuenta de su error.

—Lo lamento señor, pensé que era Nana. —murmuró escondiendo su rostro entre las piernas de Jaemin.

Jeno observó a Jaemin pidiéndole una explicación a través de sus ojos, el peliazul entendió esa señal y le dijo a Jisung que fuera a jugar con el otro niño, el hermano menor de Mark y Jeno.

Jisung accedió y en pocos segundos se fue con el otro chico a su habitación.

Jaemin tomó a Jeno del brazo y lo jaló dentro de su habitación, cerrando la puerta luego.

—¿Vas a explicarme qué mierda acaba de pasar? —dijo alzando una ceja y volviendo a cruzar sus brazos.

Jaemin lo miró dubitativo.

¿Sería buena idea contarle?

No, no confiaba en él, inventaría algo no tan falso.

—Bueno... Mi hermano tiene problemas de visión. —murmuró algo tímido.

—¿De verdad? Mira que no me di cuenta. —dijo con sarcasmo, ganándose la mirada asesina de Jaemin.— Uh... Lo siento, ¿por qué no usa lentes?

—Nunca lo obligamos a usar, lo recomendamos pero él no quiere.

Mentira.

—Está bien. —musitó Jeno sin saber qué decir.

Observó a Jaemin con detenimiento. Tenía un muy bonito rostro, facciones delicadas, ojos encantadores y labios totalmente atractivos.

No se consideraba gay, pero Jaemin era muy lindo.

Demasiado.

¿Qué mierda ocurría?

• Nails. || «NoMin.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora