#27.

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Si había algo que Chenle odiaba, era ver a Jisung desanimado. Ah, y también a la niña que se hacía llamar Karina aunque se llamaba Jimin, era una mocosa insoportable.

Justo ahora, Jisung estaba desanimado, y Chenle no sabía el porqué. Estaban ambos niños sentados bajo un árbol del patio de la escuela, apartados de todos, donde solían sentarse juntos a merendar.

Los dos se cerraban en su pequeño mundo, donde todo estaba bien.

Pero esa vez no todo estaba bien.

El pequeño chino lo observó con atención, dándose cuenta por enésima vez en el día que Jisung estaba mal.

—Sungie... ¿Te ocurre algo? —preguntó con preocupación en su voz, el nombrado levantó su cabeza y negó levemente con esta, en total silencio. Chenle suspiró, sabía que Jisung era reservado, así que tendría que conservar su paciencia.

Se quedó callado, viendo como los pájaros volaban sobre el cielo. Esbozó una pequeña sonrisa, deseando que Jisung pudiera ver eso.

Anhelaba que Jisung pudiera, al menos por una última vez, contemplar el brillante cielo azul, con sus bellas nubes adornándolo y los pájaros de diversas especies volando sobre el precioso cielo.

Volvió su vista hacia Jisung, viendo como este tenía su cabeza levantada, como si quisiera ver el cielo. Tal vez estaba intentando ver aunque sea un diminuto rayo de luz por un momento efímero.

Chenle tomó su mochila y sacó de esta su peluche favorito. Se lo había regalado un amigo de su antiguo orfanato, por suerte tenía otro peluche el cual se llamaba Taro, igual que el pequeño que era su amigo.

—Sungie. —llamó el pequeño mientras tocaba el hombro del nombrado para llamar su atención, vio que Jisung movió su cabeza hacia él, como si pudiera verlo.— Toma, es un regalo. —Chenle tomó la mano de Jisung y le entregó el peluche.

—¿Es un... Peluche? —preguntó mientras tocaba el objeto que le había dado su amigo.

—Sip, es un peluche. No tiene nombre, así que debes ponerle uno. —sonrió al ver como Jisung esbozaba una sonrisa mientras sus pequeñas manos acariciaban el peluche.

—¿Cómo es? Dime cosas básicas, sus colores, el animal que es, quiero imaginarlo. —con sus manos tanteaba el peluche, en esos momentos quería poder ver.

—Uhm... Es un osito panda, en su ojo izquierdo tiene una mancha de color negro. —su corazón dio un pequeño brinco cuando Jisung llevó su mano al ojo izquierdo del osito, como si quisiera sentir aquella mancha bajo su tacto.— Sus patas son negras igualmente, y su oreja derecha también. —pasó su brazo por los hombros de Jisung, aún viendo como él tocaba el peluche.

—Lo imagino, y es muy lindo, gracias, Lele. —esbozó una sonrisa al imaginarse a su Lele sonriendo en su mente.— Le pondré Chenji.

—¿Chenji?

—La combinación de nuestros nombres, así te recordaré cuando esté mal, abrazaré a Chenji y estarás conmigo.

Chenle, emocionado por dentro, recostó su cabeza en el hombro de Jisung, sintiendo una sensación extraña en su estómago.

Le gustaba estar con Jisung, era lo mejor que tenía.

• Nails. || «NoMin.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora