• Nails. || «NoMin.»

#03.

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El peliazul llegó a su casa procurando no hacer ningún ruido, no quería llegar y recibir el interrogatorio de su madre.

Suspiró aliviado viendo que no había nadie cerca.

Caminó adolorido hasta su habitación, buscó algo de maquillaje y se lo aplicó sobre el feo moretón que quedó en su pómulo derecho, no quería asustar a su hermanito.

Al ver que se veía bien, salió de su dormitorio y fue hasta el de su hermano, golpeó la puerta y se adentró al escuchar al menor autorizarlo a pasar. El pequeño se levantó de su cama y corrió donde su hermano, quien lo recibió con un acogedor abrazo.

—¡Nana! ¡Ya estás aquí! —exclamó el menor con felicidad.

—Sí, ya estoy aquí Sungie, ¿cómo te encuentras hoy? —dijo separándose del abrazo para acariciar con delicadeza el cabello de su hermanito.

—Me siento bien hoy, puedo ver bien. —sus ojitos se iluminaron al decir eso, Jaemin sonrió en grande, le gustaba ver cuando su Sungie estaba alegre por algo.

—Me alegro mucho de eso, ¿mamá está aquí? —vio a Jisung negar.— ¿Dónde está?

—Fue con papá a buscar medicinas, dijo que le dolía la cabecita. —hizo un pequeño puchero.

—Está bien, ¿quieres hacer algo? —el menor asintió feliz.

—¡Quiero ver My Little Pony! —aplaudió.

—De acuerdo, eso veremos, ven Sungie. —Jaemin cargó a su hermano menor disimulando el malestar físico que experimentaba.

Su hermano no debía enterarse de eso.

Lo cargó hasta la sala y se sentaron juntos en el sofá, Jaemin puso My Little Pony en la televisión y ambos se quedaron viendo la serie.

Jaemin amaba con locura a su hermanito, era lo más preciado que tenía.

Jisung era un angelito en un mundo tan corrompido como ese.

Jaemin solo quería cuidarlo de todo el mal que había.