• Nails. || «NoMin.»

#19.

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Estaba de mal humor, quería irse de allí.

Chenle estaba en la escuela, viendo como una niña estaba con su Jisung, su amigo.

La pequeña revoloteaba sus pestañas con cada parpadeo exagerado que daba, le hablaba en un tono que se le estaba haciendo insoportable.

Ya no quería escucharla.

Bufó y tomó un lápiz con su mano derecha, llevándolo a su boca para atacarlo con sus pequeños dientes. Era su manera de desestresarse.

—Chenle, mira, ella es Yoo Jimin, es muy amigable. —dijo moviendo sus manitos con emoción al tener ahora una nueva amiga.

Amigable, sí, claro.

El chino emitió un "ajam" y volvió su vista a la ventana a su izquierda, siguió mordiendo su lápiz intentando no pensar en cosas negativas.

Jisung ladeó su cabeza ante tan simple respuesta de Chenle, ¿acaso no le importaba que tuviera una nueva amiga?

—Sunggie, ¿por qué miras siempre al frente? —la pequeña movió su cabeza con confusión, al escuchar esa pregunta, Chenle comenzó a verlos.

—Oh, es que no puedo ver, así que no importa a dónde mire, solo no puedo hacerlo. —sonrió sin querer llorar, ya no debía llorar por eso.

Debía acostumbrarse a su nueva vida y realidad, debía aceptar que sus ojitos ya no verían luz alguna, ya no vería ni a Lele y tampoco a Nana o a sus propios padres. Se sentía horrible, pero sabía que no iba a poder ver, el médico dijo que no podía recuperar la vista perdida. Todo ocurría por una razón, tal vez el destino lo quiso así.

Chenle vio como la niña hizo una mueca extraña, como de posible asco o rechazo. Algo no iba bien, tenía un muy mal presentimiento.

No iba a quedarse callado.

—¿Por qué haces esa cara? ¿Nunca viste a una persona ciega? —espetó con una expresión neutral, conteniendo todas sus ganas de cortar su largo cabello y alejarla de Jisung.

Jimin lo juzgó con su mirada, ¿quién se creía ese niño? Rápidamente cambió su expresión a una de inocencia pura.

—No sé de qué me hablas. —llevó su dedo a sus labios, inflando también un poco sus mejillas y haciendo ojitos de perrito.

"Ridicula" pensaba Chenle.

—Ajá, claro, mejor vete con tus Barbies calvas y feas. —respondió.

La pequeña bufó molesta y se fue, dejándolos solos en su burbuja.

—Stupid bitch. —murmuró con molestia una vez se alejó.

Jisung continuaba en su confusión, ¿Jimin lo estaba mirando mal?

—Lele, ¿ella me miraba mal? —preguntó moviendo sus manitos bajo la mesa, Chenle notó eso, significaba que estaba nervioso o inseguro.

—Sí, Sunggie. Ella no es buena, te miró mal y fingió ser inocente conmigo, me da mala espina. —suspiró.— No quiero que te pase nada malo, Sung. —confesó con su corazoncito acelerado ante esas últimas palabras.

¿Por qué su corazón latía más rápido ahora?

Jisung hizo pucheritos con sus labios, haciendo que el corazoncito de Chenle se emocionara más al ver aquella tierna imagen del menor.

Nunca se había sentido así con nadie, debía hablarlo con Mark, su consejero personal contratado al que le pagaba con dulces.

No sabía con certeza qué le ocurría, pero sabía que quería cuidar a Jisung.

Debía proteger a su Jisung.