C4: Latente

730 72 10
                                    

[Narra Sasuke]
Sakura iba unos pasos delante, se había quitado la bata y los rayos del mediodía le marcaban poco a poco su piel descubierta mientras que los hombros reflejaban cierto brillo. Miré hacía delante cuando ví que volteó a verme, ella lo hacía cada cierto tiempo y aligeraba el paso si ya iba muy adelante. La mayor parte del tiempo hablamos sobre nuestros conocidos y lo mejor era lo ocurrente que era el cerezo, me contó que cree que Guy y Kakashi son pareja, pues siempre salen independientemente de la rivalidad inventada que tienen y son sus mayores confidentes, además de que los ha encontrado juntos en el despacho con un aura extraña. También me habló de sus planes profesionales, era ya emocionante por cómo lo contaba, pero se volvía aún más teniendo la certeza de que con esa energía había construido todo lo que tiene, aún así, transmitía la preocupación de posponer sus planes debido a las desapariciones.

—Sasuke-kun, lo que decías en las cartas... ¿era verdad?

Pensé en los borradores que tiré o que nunca mandé y la impotencia de no poder tener más comunicación a distancia con Sakura ya que el llenar cartas de información y mandarlas a una misma dirección, especialmente cuando tu nombre es conocido, no es la mejor idea: —Sí... Quiero experimentar Konoha un rato para después volver a protegerla desde lejos. Quiero llevarme un recuerdo diferente ésta vez, pensé.

Los ojos color jade se llenaron de brillo: —Tantas personas en tu corazón... Sobre eso no estaba seguro, al pensarlo me saltó el pecho ya que me vino a la mente... Me alegra saber que ahora puedes comunicarte con la gente a tal grado de mostrarles un camino menos doloroso. ¿Sabes? Aunque eran simples las palabras en tus cartas y fueron pocas, pude sentir cómo avanzabas y me pone feliz, creo que también avanzamos nosotros.

Estaba ruborizada y me miraba tímida, si bien quiso decir eso, Sakura claramente estaba pensando en cómo formular una pregunta. Nuestra caminata nos llevó a unas mesas que daban a un pequeño parque que quedaba costa arriba de la calle comercial, por suerte era el más calmado de los alrededores; le señalé una mesa que estaba cubierta por las ramas frondosas de un árbol cercano y me posé en el lado que tenía menos sombra. La miré fijamente esperando que estuviera lista para darme su duda.

—Bien... ¿Conociste mucha gente...? — arqueé la ceja, creí que era obvio que sí, la normal; se dio cuenta que no comprendía del todo y agacho la mirada, me dio otro vuelco en el corazón y quise sonreír, recordé las veces que se ofreció a acompañarme: —Digo... Ya sabes, en especial, ¿chicas? —. Me limité a asentir. Sakura cerró los ojos y su cara volvió a tornarse roja como cuando estaba al sol —¿Y eran íntimas contigo? — murmuró. No pude guardar mi reacción, mis ojos se abrieron en el momento en que lo preguntó y recargué mi mentón sobre mi mano, ocultando mi sonrisa.

—¿Lo dices porque contigo así son los chicos? — Se puso derecha y frunció en ceño, —¿Por qué evades mi pregunta? — objetó y ambos sostuvimos nuestras miradas lo que dejó que el bullicio de las personas a la lejanía llegara a mis oídos, al parecer las horas pico estaban empezando.

—Significa que los dos tenemos que contestar a lo mismo — me encogí de hombros y Sakura dejó caer su cabeza hacía atrás para después ofrecerme una mueca divertida y eso me traía devuelta al silencio, más bien, paz. —Realmente yo no...

—¡Sakuuuuuuuu~raaaa! — su nombre fue pronunciado con demasiada confianza y nadie de nuestra generación tenía esa voz y hasta dónde sé, a esta edad no se experimentan cambios en los tonos que tiene uno; Sakura volteó instintivamente, pero sus ojos se expandieron, así como su sonrisa, yo alejé mi cuerpo de la mesa y me sentí sumamente irritado, casi hago la misma cara que ella momentos atrás.

El chico que había visto con el cerezo el día que llegué estaba junto a mí, con el cabello corto y una vestimenta del mismo color que este, tuvo una pequeña conversación con Sakura que honestamente no me detuve a escuchar hasta que se me presentó con el nombre de "Haruto Himawari". Él se disculpó por las claras molestias que había causado, pero se inclinó hacía a su compañera, antes de irse y sin dejar de verme, para "susurrarle": "Después me cuentas todo de éste". Es la cosa más absurda que había oído, ¿por qué demonios pide explicaciones? ¿Por qué Sakura se las debería de dar? Me levanté y me quedé mirando de frente la vista, apartándome de ella, no escuché lo que mi acompañante decía, parecía que el volumen del mundo subió: "... Es sumamente lindo, ¿no? Incluso su nombre" alcancé a oír una vez centrado.

—Siempre te lo dije, pasas mucho tiempo pensando cosas "lindas" cuando deberías mejorar tus habilidades ninja, ahora de ninja médico — mascullé. En seguida escuché un crujido y su respuesta ante mi comentario: —Ojalá un día puedas ver más allá de ti — cerré los ojos y escuché como sus pasos se alejaban, pero abrió nuevamente los labios antes de acelerar su paso—No has estado como saber lo suficiente sobre mí y, aunque lo supieras, eso no te da derecho a hablar de mí, Uchiha.

Cuando me giré, la mesa tenía marcado el puño de Sakura, casi era un molde a excepción de las pequeñas astillas que sobresalían. Miré su figura casi irreconocible por la distancia y tarde pensé en el error que cometí por seguir los impulsos de lo que sentí, a su vez, lo mal que estuvo no encarar lo que ella quería compartir sobre aquél tipo, independiente de la relación que tenga o haya tenido con Sakura.

✧ Travesía ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora